Existen tratamientos para los depredadores sexuales, pero la experiencia dice que en los casos de múltiples reincidencias los efectos son prácticamente nulos. Los psiquiatras consultados por LA NUEVA ESPAÑA ven en los agresores sexuales con muchos casos a sus espaldas, y concretamente en el caso del "violador del estilete", con un historial de 54 agresiones y detenido esta semana en Oviedo por reincidir, una patología que, aunque responde a los tratamientos, a la larga puede considerarse "incurable". Por su parte, los colectivos feministas abogan por cambios en la legislación relativa a estos casos, orientados al cumplimiento íntegro de las penas o la aplicación de la prisión permanente revisable.

El pediatra Ángel García Prieto no se anda con rodeos en estos casos. Sostiene que "teóricamente" hay una posibilidad de rehabilitación a lo largo del tiempo, pero a su juicio, "la práctica dice que eso de poco vale". García Prieto sostiene que las castraciones químicas "no valen un pimiento" y cree que lo ideal es ingresar a este tipo de delincuentes en una cárcel psiquiátrica. "Es lo único que se me ocurre como alternativa para este tipo de casos", subraya.

Las cuatro décadas de experiencia profesional le dicen a Julio Bobes que existen alternativas médicas a las patologías de los depredadores sexuales. De todos modos, ve más difícil poder llevarlas a cabo. "Las penas suelen ser tan largas que renuncian a los tratamientos o cuando salen dejan de seguir los programas", explica. Con todo, apunta a los tratamientos con antihormona como lo más recomendable en estos casos. "Al menos mientras están en prisión y si no son muy repetidores responden bien a esta opción", indica. Bobes define esta patología como "un trastorno del control de los impulsos" imposible de manejar por los pacientes, al producirles un elevado nivel de excitación.

El psiquiatra achaca la alarma social al sistema legal actual. "Los jueces entran en conflicto a la hora de confrontar el derecho a la salud frente al derecho a la libertad y pesa más el segundo", apunta en referencia a las causas de ver en la calle a violadores con las penas cumplidas.

Ante la falta de respuestas médicas para atajar los casos, los colectivos de mujeres optan por cambios en las leyes. Por un lado, están las partidarias de exigir el cumplimiento íntegro de las penas de los agresores reincidentes. "Hay que controlarles en todos sus permisos carcelarios e impedir rebajas en sus condenas", sugiere Begoña Piñeiro, presidenta de la tertulia Les Comadres de Gijón, aunque dejando claro que se trata de su opinión personal. "No veo en la cadena perpetua una solución, ni ningún beneficio en legislar en plena bulla mediática", puntualiza.

En la misma línea se pronuncia la presidenta de la asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas de Asturias. "El cumplimiento del total de las penas sería más justo que la prisión permanente revisable", asegura Jessica Castaño. La feminista ve en el modelo similar a la cadena perpetua una falsa solución. "Existe en Francia y tienen violadores sueltos en 15 años, afirma, para luego criticar una reciente propuesta del gobierno de Rajoy. "La prisión no puede ser permanente y revisable como se propuso en el Congreso de los Diputados porque se trata de una contradicción en sí misma", defiende.

Paz Rodríguez, de la Asociación contra la Violencia de Género "Carla Vive" reconoce la dificultad de hallar una solución a estos casos. "Ni siquiera la castración química da resultados y una vez que salen fuera el problema está servido porque van a reincidir", lamenta la dirigente feminista. De todos modos, dice no ser partidaria de la pena de muerte "ni en estos casos" y aunque aboga por cambios legislativos, duda de su efectividad. "El problema está en que después la ley se aplica a base de antojos", indica en relación a posibles interpretaciones que se puedan dar a nuevas normativas.

Como defensora a ultranza de la prisión permanente revisable sólo para los casos de violadores reincidentes se muestra Elena Ocejo. La abogada y presidenta del colectivo Abogadas por la Igualdad, dice hablar únicamente en su nombre en un debate que genera discusiones. "Dentro del colectivo existen posturas muy distintas acerca de estas situaciones", subraya. A su juicio, se trata de un tema muy importante y que afecta a toda la sociedad. "Estamos jugando con la seguridad de las personas, igual que cuando hablamos de abusadores de menores", apunta.

La letrada ve en la prisión permanente revisable una legislación acorde con la Carta Magna. "La Constitución dice que la cárcel tiene que ser para reinsertar a las personas y el término revisable cumple esa condición", explica. De todos modos, insta a buscar la manera de garantizar la reinserción antes de dejar salir a la calle a violadores y delincuentes similares. "Se debe comprobar al cien por cien que el preso está en perfectas condiciones para la vida social", sugiere Ocejo.