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INMACULADA GONZÁLEZ CARBAJAL | Médica, publica el libro "Y al final... todos calvos"

"Darme cuenta de que me voy a morir me permite reírme de mí misma"

"Tenemos una capacidad determinada para manejar una cantidad de bienes materiales; debemos aprender a ser ricos"

Inmaculada González Carbajal se preguntó en 2004, a raíz de la muerte de su madre, qué quería hacer el resto de su vida. Pensó en la muerte y ahí cambió todo. Médica, presidenta de la Fundación Pájaro Azul, experta en artes marciales y aprendiz de guitarra clásica acaba de publicar el libro " Y al final... todos calvos" (Ediciones Trabe). Lo recaudado por la venta se destinará a un centro de personas con enfermedades mentales en el Congo, donde trabaja la ONG de Carbajal.

-El libro propone la búsqueda del sentido de la vida.

-El primer título que tenía era precisamente ese: "El sentido de la vida o la vida con sentido"

-Lo cambió por "Y al final...todos calvos".

-Es que lo único que conocemos de nuestro futuro es la muerte.

-Optimista.

-Sí, es muy optimista. Darme cuenta de que me voy a morir me hace muy optimista y me permite reírme de mi misma. Para qué me voy a complicar si al final sé que me voy a morir. Falta mucha toma de conciencia de la muerte. El dinero y la muerte son los grandes tabúes.

-Volvamos a la búsqueda de la felicidad. ¿La da el dinero?

-El dinero es importante, nos ayuda a conseguir cosas pero confundimos al rico con el avaricioso. El rico es el que genera riqueza para otros. Cada persona tenemos una capacidad determinada para manejar una cantidad de bienes materiales. Debemos aprender a ser ricos.

-¿Para qué?

-Los bienes materiales son una gran responsabilidad. Los ricos de verdad siguen educando a sus hijos y eso es una esperanza.

- ¿En qué reside la felicidad?

-La felicidad está dentro de nosotros. No somos más felices por tener más, en ocasiones la felicidad está en mirar hacia los otros y compartir.

- ¿Está pensando en sus viajes a África?

-África me ha dado la oportunidad de mirar a la gente de otra manera. Soy muy viajera por naturaleza, necesito salir de mi zona de confort para ir conociéndome.

- ¿Lo ha pasado mal en sus viajes?

-En uno sí. Fue en Bolivia, 27 horas a oscuras en un vagón de mercancías de un tren para recorrer 600 kilómetros. Ese día se me cayó encima toda la prepotencia europea.

- Volviendo a la felicidad, ¿cómo conseguirla?

-Mirando a tu interior y haciéndote preguntas. Es lo fundamental. Y descubriendo el valor de las cosas.

- Vivimos demasiado rápido como para hacernos preguntas.

-A quien me pregunta le suelo proponer que se pare cinco veces al día durante un minuto, que deje lo que esté haciendo y que pare, que piense, que disfrute de ese momento. Son solo cinco minutos al día. Mucha gente vive en automático, no reflexiona, no piensa, no sabe por qué siente las cosas y así lo único que logramos es una sociedad insatisfecha. Tenemos que pararnos a pensar y plantearnos las cosas.

- Usted es médica, tiene una ONG, practica artes marciales, estudia guitarra clásica... ¿de dónde saca el tiempo?

-Siempre me lo dijo mi madre: una cosa tras otra.

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