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Los proveedores de las farolas de Oviedo achacan su deterioro a un mal mantenimiento

"Están diseñadas para durar toda la vida", aseguran los fabricantes del modelo isabelino

Una de las farolas modelo "Bailén I", que serán sustituidas por el Ayuntamiento de Oviedo. MIKI LÓPEZ

"Las farolas isabelinas están diseñadas para durar toda la vida". Así de rotundos se muestran los principales fabricantes del modelo "Bailén I" sobre la decisión del Ayuntamiento de Oviedo de retirar 121 unidades de este tipo de iluminación urbana por su peligrosidad. Los proveedores consideran improbable el deterioro de las farolas salvo en casos concretos derivados por un mal mantenimiento o las corrosiones provocadas, por ejemplo, por los orines de los perros.

Si bien el número de empresas encargadas de instalar las farolas isabelinas en la ciudad fueron numerosísimas, los especialistas en su fabricación son contados en el país. Ante las dudas planteadas sobre la calidad de las unidades instaladas en Oviedo, estos salen en defensa de su producto estrella para "los puntos céntricos y señoriales" de las capitales españolas. "Sólo un golpe muy fuerte de una grúa u otro elemento puede romper los postes y los brazos de estas farolas", apunta un fabricante, señalando que la fundición de hierro utilizada es "la misma de las anclas de amarre de los barcos".

Pese a todo, reconocen que existen algunas posibilidades de que las farolas sufran un deterioro "estético", pero difícilmente estructural. "Un muy mal mantenimiento puede provocar corrosiones, aunque también podrían estar motivadas por factores como el exceso de orines de perros", explica el representante de una fábrica de fuera de Asturias, que en su día suministró algunas de las primeras farolas isabelinas de la capital asturiana.

El único criterio compartido al cien por cieno con los técnicos municipales es el de la eficiencia energética de las farolas "Bailén". "Desde la crisis, las unidades con cinco luminarias han quedado relegadas por la necesidad de buscar ahorro", apunta sobre la disminución de demanda de las farolas isabelinas desde el año 2008, justo cuando Oviedo empezó a sustituirlas por modelos de acero galvanizado como el que se puede ver en la antigua plaza de La Gesta.

Los fabricantes defienden el margen de maniobra que da el diseño de las farolas isabelinas para ser reconvertidas y continuar en funcionamiento con un consumo más moderado. "En muchos sitios las dejan con sólo dos brazos y sustituyen las luminarias por otras más modernas, sostenibles y luminosidad orientada", explica un proveedor como consejo para que Oviedo no tenga que invertir más de medio millón de euros en sustituir todas las unidades de cinco brazos.

De todos modos, este fabricante cree que el nuevo modelo de acero galvanizado sólo tendrá éxito en el extrarradio. "Los puntos céntricos de una ciudad señorial como Oviedo necesitan algo más decorativo", apunta. Dice entender el anuncio de los técnicos municipales de que buscarán una alternativa al nuevo modelo, que mezclará los postes de acero galvanizado con dos faroles de tipo isabelino. "Se dieron cuenta a tiempo que el modelo vial no calaría entre los vecinos en el centro", apuntan los suministradores de farolas que se reconocen "un tanto molestos" por la puesta en duda de la calidad de uno de su modelos más populares.

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