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JOSÉ OVEJERO | Escritor, presenta mañana su libro "Mundo extraño"

"El cuento goza de mucha mejor salud de lo que dicen los rumores"

"El dolor permanece aunque tú no hagas nada por mantenerlo; la felicidad, no, es algo fugaz y muy difícil de conservar"

José Ovejero. LISBETH SALAS

José Ovejero presenta mañana en la Biblioteca de Asturias su último libro, "Mundo extraño". Será a las siete de la tarde y estará acompañado por el escritor Fernando Menéndez. Antes, hoy a las a las siete y media de la tarde estará en Avilés, en el Niemeyer para presentar junto a Edurne Portela su documental "Vida y ficción".

- ¿Qué es ese mundo extraño?

-Un proyecto en el que me siento a escribir cuentos con una idea en la cabeza. Son cuentos con tonos y estilos distintos. Hay relatos realistas, intimistas, algunos más disparatados. Lo que los une es la sensación que tienen los protagonistas de estar en un mundo que no les corresponde.

- Cuentos de amor, de dolor, de felicidad, ¿qué le resulta más complicado?

-Lo más difícil de expresar es la felicidad porque es algo muy fugaz, me cuesta mucho. Es más fácil acercarse al dolor que a aquello que nos alegra. La felicidad es difícil de conservar. El dolor puede estar sin que tú hagas nada por mantenerlo. Recordamos mejor el dolor que los momentos alegres, supongo que es algo fundamental para la pervivencia de la especie, recordar el dolor para evitarlo, la felicidad es un lujo.

- Vuelve al cuento después de muchos años.

-Llevaba diez años sin hacer cuentos. Siempre había escrito bastantes cuentos pero de pronto tenía la impresión de que necesitaba hacer algo nuevo. La escritura debe enriquecerte, debes estar creciendo y había llegado a un nivel que no me permitía eso, seguir creciendo. Con las novelas sí ampliaba esas capacidades y me permitían estar cerca del realismo pero también hacer novelas disparatadas y juguetonas. Llegó un momento que me di cuenta de que podía trasladar eso al cuento.

- Hace el viaje contrario al habitual.

-Dicen que el cuento es un laboratorio en el que experimentar pero yo encontré la libertad en la novela y empecé a aplicarla al cuento.

- Y al teatro.

-Es parte de ese deseo de seguir ampliando las miras. Cada género limita tus posibilidades de pensar.

- Defiende sus obras sobre las tablas, como actor, ¿no es muy arriesgado?

-Desde luego es mucho más arriesgado defender tu texto sobre un escenario que en una entrevista, pero como escritor uno obtiene reacciones del público que no tiene como actor, donde notas si tu texto les llega, si les afecta.

- Una clásica, ¿goza el cuento de buena salud?

-Está mucho más sano de lo que dicen los rumores. En los últimos años ha habido muchos libros del cuentos. Los editores se han dado cuenta de que un libro de cuentos no es algo que un autor hace entre novela y novela, están al mismo nivel.

- Ha ganado varios premios.

-Sería ingrato por mi parte decir que los premios no sirven para nada. En un país en el que se lee muy poco y el apoyo institucional es muy reducido los premios te permiten sobrevivir. Para mí siempre han sido una beca que me ha permitido escribir. Significan libertad para no tener que vivir de artículos o cuentos de encargo.

- Su libro empieza con el cuento de una cena de Navidad en el que la madre se suicida metiendo la cabeza en el horno y al principio no saben si lo está limpiando.

-El uso de la imaginación no supone negar la realidad sino completarla. Hay que deformar las cosas para verlas, para comprobar su realidad, al deformarlas las vemos de verdad porque aparecen rasgos que hasta entonces no habíamos visto.

- ¿Busca usted el cuento perfecto?

-Siempre lo buscas aun sabiendo que no lo vas a conseguir. Uno nunca llega a la perfección porque lo que sentimos, pensamos y vemos no se puede expresar al cien por cien con palabras. No existe la obra perfecta y si la lograse tendría que dejar de escribir. Después de lograr el cuento perfecto qué más vas a hacer sino hacerlo peor.

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