La Asociación de Familiares y Personas con Enfermedad Mental de Asturias (AFESA) se siente ofendida por la participación del grupo "Manicomio de los horrores" en el desfile de Carnaval de Oviedo al considerar que ridiculizó a los pacientes con estas patologías durante su actuación. La presidenta de la AFESA, Carmen Solar, también critica al Ayuntamiento por consentir ese espectáculo haciendo caso omiso al manifiesto firmado en 2013 por todos los partidos políticos con representación municipal para velar por los derechos de las personas con problemas de salud mental. Así, la asociación exige una disculpa pública y que el gobierno local "no permita más representaciones que dañen la imagen de este colectivo".

Las disculpas

Tanto el concejal de Festejos, Roberto Sánchez Ramos, como el grupo de amigos que optó por disfrazarse así lamentan profundamente el daño causado. "Lo hicimos sin mala intención", aclara Lorena Borbolla, una de las integrantes del "Manicomio de los horrores", procedente de Llanes. El edil además pide perdón en nombre del Ayuntamiento, pero añade que "ni la Fundación Municipal de Cultura ni el jurado del pasacalles censura previamente a los participantes del desfile y tampoco lo hará en el futuro".

El colectivo de la discordia se llevó el segundo premio de la categoría de grupos del concurso de Carnaval celebrado el pasado sábado en la plaza de la Catedral tras recorrer el centro urbano. Eran una treintena de personas caracterizadas de personajes con trastornos mentales, sanitarios y algunos de carácter maligno. Entre ellos estaba Nosferatu en una silla eléctrica, unas siamesas diabólicas, enfermeras, médicos, un ginecólogo, una persona que se cree Napoléon o una mujer a la que bautizaron como "La loca de los gatos". El grupo se inscribió al concurso carbayón como independiente. La idea de la representación se le ocurrió a uno de ellos al ver un anuncio en televisión del espectáculo ambulante "Circo de los horrores". El show iba a recalar en Santander con la variante "Manicomio" y a los llaniscos les pareció buena idea asistir. El guión gira en torno a un manicomio tenebroso del siglo XVIII que sirvió de inspiración a los amigos de Llanes.

"Creímos que era un buen planteamiento porque somos muchos y había un montón de personajes. En ningún momento estuvo en nuestro ánimo ofender a nadie y mucho menos a los enfermos mentales o a sus familias", dice Borbolla, a quien la acusación de la AFESA resulta especialmente dolorosa porque su padre sufrió trastornos mentales. "Sé perfectamente lo que significa para una persona y su entorno padecer este tipo de dolencias en algún momento de la vida".

La Asociación de Familiares y Personas con Enfermedad Mental de Asturias cree que la representación "mostró con total impunidad y alarde" la sintomatología que puede sufrir alguien con enfermedad mental grave cuando se encuentra en su fase más aguda contribuyendo a estigmatizar y desinformar a la sociedad sobre este tipo de trastornos.