Un langreano nacido en 1987 se enfrenta a una pena de nueve años de cárcel por manosear y tratar de frotar su miembro erecto contra un total de siete mujeres a las que abordó en cuatro viajes en diferentes líneas del autobús urbano de Oviedo, entre 2012 y 2016. El juicio tendrá lugar hoy en el juzgado de lo penal número 1 de Oviedo, a partir de las 11.00 horas.

El informe del fiscal sostiene que hay evidencias de "al menos" siete casos, dejando la puerta abierta a que el acusado cuente con un historial de abusos más amplio. El primer suceso juzgado tuvo lugar en el año 2012. Entonces el hombre arrinconó a una chica de 21 en una esquina del vehículo municipal y comenzó a rozarle con el pene y masturbarse, bajándose unas paradas más adelante.

La segunda denuncia se remonta a finales de 2015. En esa ocasión el abusador se subió al autobús en La Argañosa y abordó a dos mujeres. A la primera, una chica de 19 años, se le acercó apartando unas maletas que llevaba y tocándole los muslos. Al esquivarle esta, se aproximó a una viajera de 40 años a la que trató también de manosear sin éxito.

El hombre volvió a la carga el 8 de enero de 2016. En un primer momento se acercó a una mujer de 39 años que se subió al vehículo en la parada de la calle Comandante Bruzo. Al verla, el acusado intentó arrinconarla, pero ella, al percatarse de sus intenciones, logró esquivarlo e ir a sentarse a un asiento libre. Frustrado por las calabazas recibidas, se lanzó a por una joven de 16 años. Le manoseó las nalgas sobre el abrigo y se giró tratando de rozar el muslo de la chica con su miembro erecto.

El 12 de febrero de 2016 el acusado amplió su historial con una cuarta denuncia. En el autobús de la línea C viajaban aquel día tres chicas de entre 21 y 23 años. El hombre trató de arrinconar a una de las jóvenes, pero esta logró zafarse. Fue entonces cuando desvió su atención a otra de las viajeras, a la que también trató de tocar en varias partes íntimas y rozar con su miembro erecto. Justo ese mismo día asaltó a una séptima víctima, de 18 años, que se subió al bus en la calle Uría. La joven pudo eludir sus intenciones de rozarle con el pene y el hombre, al verse observado, decidió bajarse.

La Fiscalía solicita dos años de cárcel por cada uno de los tres primeros casos por delitos de abuso sexual, mientras que para el cuarto, el del 12 de febrero, le imputa un delito continuado de abuso sexual por repetir el mismo día la misma conducta en dos líneas de autobús diferente. A las penas de cárcel se suma la de indemnizar con 300 euros a cada una de las víctimas.