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CARLOS SUÁREZ | Director de Fotografía

"El jefe de foto es un camaleón que se pone sobre el director de cine y coge su color"

"El problema de los guiones es el final, porque parecen prometedores pero el desenlace suele estar mal resuelto"

Carlos Suárez.

"Nací en el Sanatorio Miñor un día que jugaba el Oviedo. El médico estaba en el campo y tuvo que salir en mitad del partido a atender mi parto". A Carlos Suárez (Oviedo, 1946) le gusta fijarse en los detalles. Como director de fotografía ha trabajado en más de cien películas y obtuvo un Goya en 1989 por "Remando al viento". Ha trabajado codo con codo con su hermano mayor, el cineasta Gonzalo Suárez, a lo largo de casi toda su trayectoria profesional y fue profesor de la Escuela de Cine y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM) y del Centro Universitario de Artes (TAI). Suárez imparte hoy por la mañana una conferencia sobre la historia de la fotografía en el cine como parte del taller de iluminación que coordina Gonzalo Mañana en la nave de metrología de la Fábrica de Armas de La Vega. Las plazas se agotaron a los pocos días de abrirse la inscripción.

- ¿El director de fotografía de una película es un desconocido para el gran público?

-Sí. La gente conoce a los actores y a los directores de las películas, pero no sabe nada del equipo técnico. Supongo que tampoco tiene muy claro qué es lo que hace. El jefe de foto es un camaleón que se pone sobre el director y coge su color. Hay que tener claro que trabaja en equipo y tiene uno o dos ayudantes, un segundo operario, eléctricos... En realidad es el jefe de un departamento responsable de la imagen de la película. También me gusta decir que es un traductor que coge la literatura del guión y la transforma en imágenes.

- ¿Cómo empezó en el mundo del cine?

-Realmente empecé siendo crítico de cine y un buen día, un grupo de amigos también críticos y yo alquilamos una cámara y nos pusimos a grabar a ver qué pasaba. A partir de ahí me enganché y acabé arrastrando a mi hermano mayor Gonzalo Suárez a dedicarse al mundo del cine. Empezamos a trabajar juntos y seguimos así hasta hace cuatro días.

- En su currículum consta que fue promotor de boxeo en Asturias. ¿Por qué ese cambio del ring al plató?

-Fui cronista deportivo y me convertí en promotor de boxeo. Organicé muchas veladas pugilísticas . Por ejemplo, todas las de "Gitano" Jiménez, que quedó campeón de España tras doce peleas y luego campeón de Europa, Lo que pasa es que llegó un momento en que tuve que elegir. Fue cuando hice la película "Morbo" (dirigida por su hermano Gonzalo Suárez y en la que trabajan Ana Belén y Víctor Manuel). Sigo siendo aficionado al boxeo.

- ¿Está trabajando actualmente en algún proyecto?

-No. Ahora me dedico a descansar. Me hace mucha ilusión participar en un taller de la IV Semana del Audiovisual Contemporáneo de Oviedo. Aprovecharé para estar unos días en Asturias, en concreto en Gijón. Hacía tres o cuatro años que no iba. Antes pasaba todos los veranos en Celorio. Me encanta.

- ¿Una mala fotografía puede arruinar una película con buen guión?

-Por supuesto. Muchas veces. Pero también pasa al revés. Hay películas con una imagen estupenda en las que el guión no vale para nada. El problema de los guiones es el final, porque parecen prometedores pero el desenlace suele estar mal resuelto, se viene un poco abajo.

- ¿Ha cambiado mucho la técnica desde sus inicios?

-Muchísimo. La llegada del vídeo ha degradado la calidad. Ahora la imagen está al alcance de cualquiera en el set, a la vista, haciendo que todo el mundo opine y que se pierda el misterio. Cuando se usaba el fotoquímico, los directores de fotografía éramos como los sacerdotes de una tribu o sus brujos. También creo que la formación que tienen los fotógrafos es más floja que antes porque entonces se necesitaba mucha más técnica. Es cierto que el vídeo y la imagen electrónica mejora cada día, pero para mí, la calidad era mejor antes.

- ¿Y la incorporación de la mujer? ¿Hay directoras de fotografía?

-Pocas. Siempre ha habido más hombres y nunca he entendido por qué. Hay quien dice que es por un tema físico, pero es mentira. Muchas ayudantes son mujeres y ese puesto acarrea tener bastante fuerza. Yo mismo he tenido ayudantes mujeres y una de ellas llegó a ser directora de fotografía, Nuria Roldós. También he dado clase a alumnas muy brillantes. Hay que luchar por la incorporación femenina al sector.

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