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El comercio también quiere el "gastromercado" del Fontán

"Necesitamos iniciativas que atraigan clientela; esto está muerto por las tardes, y los negocios que cierran no vuelven a abrir", subrayan en el sector

El mercado del Fontán, cerrado a mediodía de ayer. IRMA COLLÍN

José A. ORDÓÑEZ

Los comerciantes del Antiguo estiman que la plaza cubierta del Fontán debe convertirse en la locomotora que saque al casco histórico de la ciudad del estado de postración en el que, a su juicio, se encuentra actualmente. Por ello, urgen al gobierno tripartito a poner en práctica la propuesta que fue lanzada por el PP, y respaldada de inmediato por los propietarios de los puestos del mercado, para reconvertir el centenario enclave en un "gastromercado" al estilo de los que triunfan en otras ciudades españolas de un tamaño similar al de la capital de Asturias. El ejemplo a seguir, de acuerdo con la opinión mayoritaria de los comerciantes de la plaza, sería el mercado vallisoletano de El Val, espacio recientemente remodelado en el que se combinan los tradicionales stands de venta con otros gastronómicos de degustación de productos de alta calidad, todo ello combinado con la organización de actividades culturales y recreativas para atraer clientes, sobre todo en aquellas horas consideradas menos comerciales.

"El Antiguo necesita un revulsivo; comercialmente está fatal, los negocios que cierran ya no vuelven a abrir y una buena solución puede ser ampliar los servicios y el horario de apertura del Fontán para evitar que toda esta zona se queda muerta por las tardes", apunta Sandra Sutil, presidenta de la asociación de comercio del barrio histórico de la ciudad. Esta mujer se muestra convencida que la necesidad de poner en marcha medidas como la del "gastromercado" para atraer público al Antiguo, tanto por las tardes como los fines de semana.

"Gastromercado"

"Todo lo que sea promover que venga gente es positivo y los 'gastromercados' que triunfan en otros sitios también pueden hacerlo aquí", añade Sutil, quien lamenta que el colectivo de comerciantes, por sí sólo, no tiene capacidad económica para dinamizar la zona con alicientes para atraer potenciales clientes.

La visión de la asociación de comerciantes del casco histórico coincide con la expresada por los titulares de los puestos del Fontán y por Carmen Quiros, la gerente de la empresa que explota el mercado a través de una concesión que expira en 2044. Todos valoran positivamente la propuesta lanzada por el portavoz municipal del PP, Agustín Iglesias Caunedo, de incluir en el recinto una oferta gastronómica al estilo de La Boquería barcelonesa, del mercado madrileño de San Miguel o de El Val vallisoletano. Eso sí, los comerciantes de la plaza reclaman que cualquier cosa que se haga debe tener la premisa de mantener la actual actividad y que, además, se diseñe para la realidad concreta de Oviedo, por mucho que se copien ideas de otras ciudades españolas. En principio, los dueños de los stands, y también la gerencia, abogan por habilitar una segunda planta con pasillos laterales, para ubicar en ella puestos gastronómicos y actividades de ocio, alternativa que el edil responsable, Rubén Rosón (Somos), no acaba de ver demasiado clara debido a que el recinto del Antiguo está protegido por Patrimonio.

El mercado vallisoletano de El de El Val que tanto gusta a los comerciantes del Fontán también fue inaugurado a finales del siglo XIX, aunque en su caso fue objeto de una profunda renovación entre 2014 y 2016, con una inversión de 11,1 millones de euros. Se trata de una plaza cubierta totalmente remozada que incluye desde esa última reforma una novedosa oferta de "gastropuestos" de degustación de alimentos y chateo de vinos y cañas. Esta ampliación de servicios también ha conllevado notables cambios en los horarios de apertura y en los hábitos de compra. Los "gastropuestos" abren hasta la medianoche y están especialmente concurridos en fines de semana. Uno de los aspectos que más llaman la atención en El Val es que en la planta sótano abra sus puertas un híper cuya implantación fue buscada expresamente por los propios comerciantes del recinto del casco histórico pucelano.

Los propietarios de puestos en el mercado de El Val también se ven perjudicados, como los del Fontán, por la ausencia de plazas de estacionamiento en el entorno del recinto. En Valladolid tratan de suplir este handicap mediante acuerdos para que los parkings más cercanos hagan descuentos a sus clientes.

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