María Asunción Martínez Arrojo, pionera de los asistentes sociales, primero en el Hospital Psiquiátrico de la Cadellada, y después en el Hospital General de Asturias, ambos en Oviedo, falleció recientemente, a los noventa años de edad, en el Hospital de Arriondas. También fue la impulsora de la fundación de la Escuela de Trabajo Social de Oviedo, que comenzó a impartir sus enseñanzas en el año 1965.
Su experiencia profesional y vital la dejó reflejada en un libro que publicó cuando contaba con 84 años, y que tituló "Evocación y análisis", con el subtítulo de "Primera trabajadora social hospitalaria de Asturias".
Este fue el testamento profesional de una barcelonesa con corazón ovetense, que pese a la importancia del trabajo que realizó desde los años sesenta, pasó muy desapercibida. Tal vez su carácter discreto no la hizo prodigarse en los medios en los que se desenvolvía.
María Asunción Martínez, entre sus muchas aportaciones a la sociedad ovetense en particular y asturiana en general, está la de ser la primera profesional en realizar en Asturias un estudio profundo sobre la incidencia de la discapacidad intelectual en Asturias, trabajo que fue auspiciado por la Diputación Provincial.
"Lo que he aprendido como trabajador social he procurado llevarlo a mi propia vida", era una de sus frases preferidas. "Si no aprendemos desde nuestra propia psicología, no seguimos formándonos en técnicas de relación, de equipo, de supervisión y nos alejamos del trabajo social". Esta era otra de sus frases más recurrentes.
María Asunción Martínez fue una adelantada a su tiempo. Una viajera incansable que amplió su formación académica en Estados Unidos. A su regreso a Oviedo fue nombrada jefa de Asistentes Sociales del Hospital Psiquiátrico. Siempre luchó por su visión laica de la vida.
