Octavio Cabezas Moro (Oviedo, 1933) es un experto en la biografía de Indalecio Prieto. Si hace trece años publicó una extensa obra sobre la vida del político socialista, ahora vuelve a las librerías de la mano del Ministerio de Defensa (coeditor junto a la Fundación Indalecio Prieto) con más de mil páginas en las que analiza el papel del ovetense en la Guerra Civil. Cabezas, licenciado en Derecho por la Universidad Complutense, periodista, militante del PSOE desde hace 42 años y jubilado en la Administración del Estado, presenta hoy a las 20.00 horas su último libro en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.
- Su padre, Juan Antonio Cabezas, también era periodista y escribió un libro sobre la Guerra Civil. ¿De casta le viene al galgo?
-Puede que haya algún componente genético, aunque realmente creo que es producto de vivencias comunes salvando las distancias. La Guerra Civil nos marcó. Él era director de periódico y tenía un importante negocio de imprenta. Ambas cosas desaparecieron de la noche a la mañana. También estuvo en la cárcel, y cuando salió yo tenía 11 años y nos fuimos a vivir a Madrid. Fueron malos tiempos. Los independentistas catalanes usan frívolamente el franquismo. Aquello sí era una dictadura. No se puede tomar a broma.
- ¿La sociedad ha olvidado a los niños de la guerra?
-Un poco. Como hijo de rojo tuve una infancia dura, mi padre estuvo siete años preso y mi madre murió de tifus con 36 años en el cerco a Oviedo. Yo estaba con ella. También cayeron dos tíos míos. Un fusilado y otro en la guerrilla. Ese tipo de sucesos no deben caer en el olvido.
- Estaba con su madre. ¿Mantiene vivos los recuerdos?
-La vi muerta. Del resto de cosas no estoy seguro de que sean recuerdos propios o inducidos. Cuando ocurrió el cerco a Oviedo yo tenía anginas y me quedé con mi madre mientras el resto de la familia estaba de veraneo en Gijón. Nadie pensaba que iba a pasar lo que pasó. Ella cogió el tifus porque se desató una epidemia tremenda en Asturias.
- Es el segundo libro que escribe sobre Indalecio Prieto. ¿Por qué?
-Primero me centré en su biografía y ahora quería analizar su papel en la Guerra Civil. Se ha escrito bastante sobre su época de ministro de la República e incluso de cuando refundó el partido en México durante su exilio, pero apenas se ha hablado de su trabajo en la Guerra Civil. Es un personaje que siempre ha estado presente en mi vida y al que me unen varias coincidencias. Nacimos muy cerca. Yo en la calle Martínez Marina y él en la Magdalena. También nos bautizaron en San Isidoro. Por eso, pronto me hice miembro de la Fundación Indalecio Prieto de la que ahora soy patrono.
- ¿Qué fuentes ha utilizado?
-Sobre todo los archivos de la Fundación Indalecio Prieto, el Archivo Histórico Militar y la Fundación Pablo Iglesias.
- ¿Qué cualidad destaca por encima de otras de Indalecio Prieto?
-Sin duda, su capacidad de trabajo. Era casi una obsesión. Cuando trabajaba en el Ministerio de Defensa, el general Vicente Rojo decía de él que era un hombre que llegaba al trabajo antes que los demás y se iba después. Además, era muy brillante a nivel intelectual y poseía un talento natural para diseñar planes estratégicos. Fue un visionario de la fuerza aérea y los planes armamentísticos. Sabía que quien dominase el cielo ganaba la guerra, como así fue a su pesar.
- ¿Por qué renunció a dirigir el gobierno?
-Yo creo que no estaba convencido de que podía ser el hombre adecuado para dirigir el gobierno en 1937. Se vio sin fuerza e insinuó más o menos que Negrín podía resultar mejor porque era muy ecuánime. Prieto estaba enfrentado con los anarquistas y comunistas y creía que eso iba a resultar problemático.
- ¿Escribirá un tercer libro sobre Prieto?
-Estoy pensando en hacer un libro de memorias personales de niño de la guerra e hijo de gente de izquierdas. Me gustaría que sirviese de testimonio para mis nietas y futuras generaciones.
