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Xuacu Amieva, donde todo nace

El gaitero de El Mazucu recibe un homenaje en el Filarmónica en el que se mostró el pasado, presente y futuro de la música tradicional asturiana

Marta Elola, Xosé Ambás y Xuacu Amieva. IRMA COLLÍN

El agua naz en El Mazucu, en Llanes, y la noche del sábado desembocó, unas veces pausada y otras en catarata, en el teatro Filarmónica de Oviedo. Todo nació en aquel pueblín y de allí se extendió por el mundo. Allí escuchaba Xuacu Amieva cantar tonada a su madre, allí bebió aquel guaje el agua del pueblo, el que discurre sin contaminar, y se llenó de su sabor, de sus sonidos, de su frescura para luego convertirlo en un torrente que llega hasta hoy con tres décadas de carrera musical repleta de afluentes que le han llevado a ser uno de los músicos más conocidos en la escena de la música tradicional asturiana y en la escena folk internacional.

La música, tal como se conoce ahora en Asturias, no sería lo mismo sin Xuacu Amieva, y por eso, por todo lo que ha hecho y para darle impulso para que no deje de hacerlo, se le rindió tributo la noche del sábado, como ramu a la feria de la Ascensión de Oviedo. La idea surgió en casa, en la Asociación Tertulias en Llanes, y la Fundación Municipal de Cultura no pudo menos que acogerla. Y fue un homenaje a todo lo que ha hecho Xuacu, a su música pero también a su ingente trabajo como investigador, como recuperador de sones e instrumentos, y, cómo no, como docente.

No fue uno de esos homenajes en los que a quien se rinde tributo sigue desde el patio de butacas una sucesión de elogios agarrado a un pañuelo para limpiarse las lágrimas. Fue un homenaje a Xuacu Amieva, sí, pero por encima de todo fue una celebración de la música y de las raíces, una fiesta alejada de tópicos y que describió a la perfección lo que el gaitero de El Mazucu representa, la tradición y la cultura asturianas como los pegollos más sólidos para levantar un repertorio que camina por la tonada y por los sones más antiguos, pero también por el folk e incluso por la batucada.

Por citar, al escenario del Filarmónica se subieron José Manuel Tejedor, Anabel Santiago, Javi Méndez, Emilio Hidalgo, Xosé Ambás, Pedro Pangua, Marta Elola, Elías García, Wendy Harwood, Marta Arbás, "Ún de Grao" (José Martínez), los zaragozanos de "O'Carolan" y la batucada "Matu na Cai' ", comandada por la hija de Xuacu, Paula Amieva, que le acompañó durante las dos horas que duró la gala. No podía faltar la Banda de Gaites "Naranco", fundada por él mismo.

En la escena quedó claro todo lo que ha hecho Amieva en tres décadas de trabajo. Fue el primer ganador del trofeo "Macallan" y el primer representante asturiano. Tiene un "Grammy" por "El besu", que emocionó el sábado en la voz de Anabel Santiago.

Xuacu Amieva ha hecho historia y el sábado por la noche en el Filarmónica se siguió esa estela, la de dejar para el recuerdo y para las generaciones venideras momentos inolvidables. Allí se vivió la historia de la música asturiana: el pasado, con "Los Urogallos" y "Beleño"; el presente, con infinidad de músicos que siguen luchando, y el futuro, con la propia hija de Xuacu, Anabel Santiago y "Ún de Grao", ese chaval que ha transitado por los caminos tradicionales y que ha emprendido el camino de renovar la tonada con su guitarra.

No hubo discursos, salvo Ambás, que como él mismo dijo, hace lo que le da la gana cuando tiene un micrófono delante, y narró cómo cuando era un guaje y llegaba en Alsa de Grado a Oviedo "sólo sabía el camino hasta la tienda de Xuacu", La Lira.

Tampoco hubo demasiadas palabras del homenajeado, ya lo había dicho todo con su música durante dos horas en el escenario y además no le salía la voz del cuerpo, salvo para cantar. Se emocionó, eso sí, al ver cómo los pasillos del teatro se llenaban de exalumnos suyos tocando la "Marcha de Brañes".

Muñeiras, jotas, tonada, folk, músicas de la tierra y bailes de la memoria interpretados por la pareja formada por Pau Santirso y María Vázquez. Todo aderezado con imágenes y vídeos (algunos con fallos técnicos, como el de Carlos Núñez, que impidieron oírlos) y las explicaciones de Esther Fonseca, que condujo la gala de manera eficaz para que todos los que allí estaban, los que conocían lo que significa Xuacu Amieva y los que no, supiesen qué es lo que había sobre el escenario y qué es lo que estaban escuchando.

En resumen, un homenaje a la música y a uno de sus más destacados representantes en la Tierra.

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