Varios vecinos de Vallobín vieron ayer cómo un incendio estuvo a punto de amargarles el Martes de Campo. Las llamas originadas en la parrilla de la sidrería del número 74 de Vázquez de Mella obligaron a desalojar varios pisos a los que se coló gran cantidad de humo, aunque por suerte, no se lamentaron daños humanos. En el momento de los hechos sólo había dos empleados en el interior del establecimiento y ambos resultaron ilesos.

Los hechos tuvieron lugar a las cuatro de la tarde. Las llamas partieron de la parrilla de la sidrería El Meollo y se extendieron a otros elementos de la sidrería, provocando importantes daños materiales. La combustión generó abundante humo y este pasó directamente a los pisos superiores, afectando a varios residentes que tuvieron que ser desalojados, mientras los bomberos trataban de ventilar correctamente la zona.

La labor de los efectivos fue muy rápida y dio tranquilidad a los afectados. Sin embargo, los minutos de angustia pasados tanto por los trabajadores como los vecinos no se los quita nadie. Mientras cientos de personas disfrutaban del Martes de Campo a escasos metros en el parque Purificación Tomás, los bomberos hicieron un importante despliegue para garantizar que el fuego no se extendiera a otras plantas.

De momento, se desconocen las causas del origen de las llamas. A falta de realizar una investigación a fondo de los hechos, entre las hipótesis que se barajan están la combustión de alguna elemento de la sidrería, ya fuera por una ascua o un fallo en la instalación.

Gran expectación

Si bien el suceso se saldó sin ningún herido, el amplio despliegue de bomberos atrajo la atención de numerosos curiosos que se sumaron en la calle a los vecinos desalojados temporalmente para seguir con atención el desarrollo de las labores de extinción. El humo impidió a los curiosos ver con detalle lo que pasaba en el interior de la sidrería, pues la gran cristalera del local quedó totalmente negra. Los propios efectivos reclamaron colaboración vecinal para acometer con éxito las labores de evacuación de humos para las que fue necesario abrir puertas y ventanas de los pisos y de la propia sidrería.