Músicos asturianos participan por vez primera en el concurso «Acordes», una de las convocatorias nacionales de mayor prestigios. La final del norte de España se celebra esta tarde en el salón de actos del Conservatorio Superior Eduardo Martínez Torner de Oviedo. A las 19.00 horas, seis jóvenes agrupaciones de música de cámara se disputarán el paso a la fase definitiva nacional de esta convocatoria de Caja Madrid. El fallo del jurado no se conocerá hasta el día 15 de mayo.

La participación de los músicos asturianos ha sido arrolladora desde la primera fase del concurso, que arrancó en noviembre con una selección a través de grabaciones. De los seis grupos finalistas, dos proceden del Conservatorio ovetense y, otro, del centro gijonés de Grado Medio.

LA_NUEVA_ESPAÑA ha charlado con el trío y el quinteto asturianos que lideran la categoría de música de cámara superior de «Acordes». Manuel Cabo, su profesor de esta asignatura en el Conservatorio, respalda a los instrumentistas. «Han hecho un gran trabajo en tiempo récord. Por otro lado, sin la gran labor de sus maestros de instrumento no habría tenido esta materia prima para llegar a la final», resaltó Cabo.

Los jóvenes instrumentistas coinciden en que su objetivo es disfrutar sobre el escenario haciendo buena música. «Lo de los concursos es algo obligado en la carrera musical si quieres caché», apunta María Ovín, violinista del quinteto.

En los últimos años de sus estudios, los músicos empiezan a plantearse su futuro. «Quiero seguir estudiando. Marcharse fuera es una opción que todos valoramos para madurar profesional y personalmente», consideró Jesús Rodríguez, el viola de la formación. La música es su vida. Según relató el pianista Fernando Artime, «cuando eres pequeño la música es un "hobby". Si empiezas a disfrutar de verdad estudiando, es cuando se convierte en tu carrera».

Para el chelista Gabriel Ureña el aplauso es «lo más gratificante de una carrera que, ahora, se cursa en catorce años». «Las satisfacciones ganan al sacrificio», afirma la violinista del trío, María Díaz-Caneja.

Los instrumentistas se muestran críticos con la forma de gestionar los estudios musicales. «El repertorio obligado para cada curso debería ser más flexible para adaptarse a cada alumno», ejemplifica el violinista Pablo Sánchez. Además, los jóvenes músicos, como alumnos del centro superior asturiano aseguraron «tener ideas con las que mejoraría el funcionamiento del Conservatorio; pero se suele hacer oídos sordos».

La música de cámara sirve a los jóvenes músicos para «realizar un trabajo más profundo en una agrupación de conjunto, que no llega a ser como una orquesta», explicó la violonchelista madrileña Mercedes López, la única que no ha nacido en Asturias. Esta tarde, el quinteto interpretará la obra brillante que Schumann creó para esta formación. El trío, por su parte, tocará el «Opus 8» de Brahms, cuyas frases entrelazadas la convierten en una densa pieza.