El arzobispo Carlos Osoro presentó, hace unas fechas, ante su Consejo Episcopal, la carta que a comienzos de la pasada Semana Santa le remitió un grupo de treinta sacerdotes asturianos. En ella, los firmantes presentaban a su pastor una reflexión sobre el estado de la diócesis con la que, en términos generales, le solicitaban que reflexionase sobre su modo de regir la misma.

En una reunión del Consejo Episcopal celebrada hace dos semanas, el arzobispo Osoro leyó porciones de dicha carta. El Consejo Episcopal está formado por el obispo auxiliar, por el canciller-secretario de la curia arzobispal y por siete vicarios: el vicario general y otros seis, responsables de áreas temáticas o de zonas territoriales de la diócesis.

Este órgano es el principal en el gobierno de la Iglesia asturiana, tiene carácter consultivo y se reúne todos los viernes.

Además de leer algunos párrafos de la carta, de varios folios, el Arzobispo comunicó a sus consejeros el nombre de los firmantes. Según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA, tras esa lectura no se abrió debate ni intercambio sobre la materia.

El escrito remitido al Arzobispo repasa la historia contemporánea de la diócesis y pide que no se rompa su tradición social. Asimismo, analiza las presencias o ausencias del pastor de la diócesis en determinados espacios, y habla sobre la elección de personas y los nombramientos. El texto advierte al Arzobispo de cierto desencanto entre los sacerdotes asturianos.