Oviedo / Gijón, M. I. / J. B.

Mario ya tiene plaza en «Operación triunfo». La gala del miércoles determinó que nadie se iba fuera (un cambio respecto a otras ediciones), pero sí se nominó a tres participantes: Patty, Elías y Púa. Por lo cual el cantante ovetense tendrá otra gala para estar tranquilo y fuera de peligro de expulsión.

Este ovetense, que estudia en la Escuela de Arte Dramático de Gijón, se ha trabajado mucho su carrera hasta el momento.

No en vano ha sido vocalista del grupo «Tekila», una formación con solera aquí en Asturias y que, como mandan los cánones, obliga a trabajar todos los palos musicales.

Mario Álvarez es de Oviedo, de Ciudad Naranco. Su padre, Jesús Álvarez, es deportista y pertenece al Club Oviedo Kayak Feve. Su madre, Manuela Fernández, lo acompañaba en la gala de Tele 5 junto a una cuñada. Mario cuida de que su carrera vaya dando pasos. Así, da clases de canto en Oviedo y también estudia guitarra y solfeo.

Marga González, cantante del grupo «Tekila», trabajó a su lado cinco años: «No tiene problemas con ningún tipo de música; le da a pasodobles y todo lo demás», explica. Y añade: «Tiene mucho carisma, mucho ángel». Empezó en el grupo con 18 años y abandonó para presentarse a «OT». «No nos dejó tirados, él cumplió su temporada y se fue para "OT". Es muy legal», enfatiza Marga, que apunta que desde la web de «Tekila» (www.grupotekila.es), desde el foro, « se le está apoyando al máximo para que siga adelante».

Y los piropos también llegan desde la Escuela de Arte Dramático de Gijón (ESAD). Cuando Mario Álvarez Fernández realizó las pruebas de acceso, sus profesores ya se dieron cuenta de que «cantaba como los ángeles». «Antes de entrar en la ESAD se deben hacer distintas pruebas, entre las que se incluye el canto. Él apostó por un tango y lo hizo fenomenal», explica su jefe de estudios, Joaquín Amores. Ahora, este joven de 23 años culmina parte de sus aspiraciones al incorporarse a las filas de «Operación triunfo» de 2009. Estudiante de primer curso de Arte Dramático, Amores lo describe como «un encanto de chaval y muy sensible». «Tiene una sensibilidad especial», apostilla su profesor. Quizá por eso «todos teníamos confianza en que entrara, ya sabíamos de sus intenciones de presentarse a los castings y sabíamos que lo iba a lograr», cuenta Amores. Por ahora y hasta que Mario Álvarez salga de la Academia, profesores y compañeros lo «apoyaremos, pero esperamos que vuelva pronto a la escuela», bromea Joaquín Amores.