Hay que tener los píxeles muy bien puestos para desmelenarse con una película que, a diferencia de derroches anteriores de la casa Pixar, recurre a un planteamiento minimalista: dos seres humanos lanzados a la mayor aventura de su vida a bordo de una casa que vuela con globos. A ver. Si yo soy productor y me viene alguien al despacho con semejante idea, lo más probable es que la reunión durase 30 segundos. Pero Pixar es mucho Pixar y puede hacer lo que le dé gana mientras no se pegue un trastazo que les quite el ratón de mando. Y por eso pueden hacer Up o, si se lo propusieran, una historia de amor entre un cactus y una lagartija. Y lo bordan. Y se lo creen. Y fascinan. Los diez primeros minutos de Up son antológicos. Una obra maestra. Qué bien se cuenta toda la vida del anciano (¿son cosas mías o se parece al Spencer Tracy de los últimos años, por ejemplo, de El viejo y el mar?, con la que esta película tiene raíces comunes?), qué prodigio de (foto)síntesis y de gracia, cómo nos cuentan sus sueños infantiles, su amor eterno, su tristeza infinita... En un suspiro nos ponemos de su parte aunque para el resto del mundo sea un cascarrabias, un tipo que se niega a dejar que el progreso se lleve su casa por delante, un solitario que pasa las tardes sentado junto a la ausencia de su esposa... La unión de este ser tan especial con otro que no le va a la zaga (uno quería ser explorador, el otro lo es... a su manera) da como resultado una estrafalaria pareja en la que, curiosamente, los papeles están intercambiados en lo que a enseñanzas se refiere, pues será el niño quien muestre al anciano el camino de la sabiduría, dejando atrás el pasado por hermoso que fuera y apostando por el futuro por peligroso que sea. Up se amansa un poco hacia la mitad metiendo bichos llenos de colorido o peculiaridades (esos perros con «traducción» simultánea...) y puede que a los más pequeños les aburra una inesperada aparición que servirá, en genial idea, para envenenar la memoria del protagonista... antes de limpiarla en un gozoso, frenético y supercalifragilístico clímax aéreo.