Oviedo, P. Á.

Todo un conjunto de tratamientos que han alcanzado una cierta difusión, tales como los basados en animales (delfinoterapia, equinoterapia), las dietas sin gluten y sin caseína o la denominada «terapia del abrazo», no ha ofrecido hasta el momento evidencia científica alguna de eficacia en el tratamiento del autismo.

Así lo pusieron ayer de relieve los organizadores de una jornada sobre este trastorno, quienes subrayaron que el abordaje más adecuado es el análisis aplicado de la conducta. Esta técnica implica la evaluación de numerosas habilidades con una secuencia de complejidad creciente, «haciendo énfasis en el lenguaje y en la relación social».

Luis Antonio Pérez González, profesor de Psicología de la Universidad de Oviedo y director de la jornada; Gladys Williams, doctora por la Universidad de Columbia y directora de los Centros para la Investigación y Enseñanza del Lenguaje (CIEL) de Oviedo, Barcelona y Nueva York, y José Julio Carnerero, director del centro Al-Mudaris, de Córdoba, realizaron un amplio repaso al panorama actual del autismo. Una alteración, señalaron, que entendida en sentido amplio afecta al 1 por ciento de los niños.

Los especialistas subrayaron la relevancia de una detección precoz y de una temprana puesta en marcha de las correspondientes terapias. Señalaron que las estrategias que habitualmente se emplean en los centros públicos son «muy poco eficaces» porque ignoran el análisis aplicado de la conducta. Según estos expertos, un tratamiento «en las mejores condiciones» supone un coste mensual que oscila entre 1.500 y 2.000 euros, una cifra elevada pero que permite que «al cabo de dos, tres o cuatro años» la conducta de una porción relevante de los niños tratados sea «normal».