Solista y líder del grupo musical «Los Secretos»

Gijón, Ángel CABRANES

Más de 30 años de bagaje y canciones elevadas a banda sonora de la vida de sus incondicionales han hecho a «Los Secretos» leyenda viva de la música española. Todo comenzó cuando los hermanos Urquijo, Javier, Enrique y Álvaro, formaron el grupo «Tos», en el que versionaban algunos de los grandes clásicos de la época. Tras el abandono de Javier y la muerte de Enrique, Álvaro Urquijo se encargó de liderar un conjunto que no ha perdido personalidad con el paso del tiempo. Bajo el título «Cara B», el sábado, a las 20.30 horas, mostrarán al público del teatro Jovellanos un repertorio inédito integrado por «la parte del grupo menos popular». Lo harán a través de versiones de grandes clásicos e interpretando temas de anteriores trabajos.

-¿Qué es «Cara B»?

-La idea de nuestra gira es enseñar esa otra parte de nuestras canciones que han quedado en el baúl de los recuerdos. Porque al final, hay temas que no han tenido single o promoción y se han quedado perjudicadas. Al ser menos conocidas, terminas apartándolas del repertorio, ya que la gente no te las reclama en directo. Era una deuda con nuestro público más fiel mostrarlas.

-¿Cuál será el repertorio?

-Me gusta que sea una sorpresa, porque va variando. Habrá referencias a bandas que nos influyeron cuando nos formamos, momentos en los que hacíamos más versiones que componer. Los «Eagles», Dylan, Jackson Browne, Johnny Meyer, Antonio Vega o «Mamá». La duración será de dos horas e interpretaremos unos 28 temas.

-A principios de año sufrió una doble fractura en su muñeca izquierda tras una caída ¿Le permitirá estar buenas condiciones?

-Espero que sí. En mis 47 años nunca había tocado el suelo y me fui como un iluso al hospital pensando que no sería muy grave. He pasado por tres operaciones y al final de la gira tendré que someterme a una cuarta para acabar de resolverlo.

-¿Cuál cree que es la esencia del éxito de «Los Secretos?

-Hemos partido de cero muchas veces y quizá de ahí nuestra durabilidad. Luego está el público. En este negocio, muchos se olvidan que los seguidores forman más del 50% del grupo. En los momentos difíciles, quienes nos han echado una mano no han sido ni compañías de discos, ni grandes managers. Ha sido nuestro público. Nuestra historia no ha sido tan bonita como se piensa. Hemos tenido que escalar escarpadas montañas cada vez que nos ha ocurrido alguna desgracia.

-¿Qué cima les queda por conquistar?

-Iberoamérica. Creo que alguien nos debería haber brindado ya la oportunidad de editar allí nuestra música. Para que alguien lo haga tienes que tener antes un gran éxito de ventas en España en el año de producción. Algo que nosotros nunca hemos hecho. Hemos tenido éxito a largo plazo. «A tu lado» ha sido Disco Platino, pero por las continuas ventas registradas con el paso de los años. Nuestra música no está pensada para el consumo mercantil. El nuestro es ese fenómeno que sucedía antes, en el que las canciones son populares porque lo gente ha querido. Hay quien cuando abre la boca emite sonidos, pero lo que la gente escucha son emociones.

-¿Qué cree que pensaría su hermano Enrique si acudiera el sábado al Jovellanos?

-Tomaría átomos del público y se pondría a cantar. Meter al grupo en un teatro lo hizo él, cuando nadie podía pisarlos si no iba de traje y corbata. Estaría encantado.

-¿Qué recuerdos le traen Gijón?

-El de un concierto en la sala «Brujas» de Oviedo a las 9 de la noche y nada más terminar irnos a Gijón para tocar a la 1 de la madrugada. Era nuestra segunda gira y fue un bautismo en Asturias como para no olvidar.

«Mi hermano Enrique fue uno de los iniciadores de que los grupos musicales pudieran tocar en teatros»