Llevaderas se me antojan las nuevas normas ortográficas de la lengua española; que la i griega pase a llamarse ye suena mejor para los asturianos, ye más familiar. Provenía de la griega ípsilon, que significaba i simple. Habrá que acostumbrarse a recitar el abecedario terminando con "equis, ye y ceta". Extraña que la "z" no figure en su propio nombre, aunque tampoco contienen la suya la equis, la cu ni la uve doble, ahora doble uve, tanto da.

Aplaudo la obligación de llamar be y uve a las be alta y be baja, y pasarán a ser como me enseñó doña Pura en el Colegio de las Mercedes; ahora me entero de que la RAE permitía llamarlas de otra manera. Otra cosa es que haya gente que no distinga su uso.

-Sargento -gritó un brigada-. Prepare una orden escrita para reunir el jueves a toda la sección.

-A sus órdenes. Ah, mi brigada, ¿cómo se escribe jueves, con be o con uve?

-¿Sabe qué le digo? Convóquelos mejor para el miércoles.

Así mismo, que la che y la elle dejen de ser letras del alfabeto me parece despido procedente en época de crisis; ¿qué miembros de la RAE perderán sillón? Resiste un único dígrafo, la doble uve, especie de Géminis o Piscis del Zodiaco.

Ex, anti y pro dejarán de ser preposición que precede al sintagma nominal o postposición, para juntarse a ella: exmarido irá junto; uno se separará de su pareja y cargará indisolublemente con el prefijo hasta que la muerte los separe. Ex irá unido a la base léxica, mientras afecte a una sola palabra. Verbigracia: antisocial, anti juventudes socialistas; exaparejador, ex arquitecto técnico; progabino, pro Álvarez Cascos.

Qué poco me gusta eliminar las tildes del adverbio «sólo» (únicamente, solamente), que se distinguía del adjetivo «solo» (único en su especie, sin compañía, sin amparo), y aún lamento más la eliminación en los pronombres demostrativos éste, ése y aquél, que sustituyen al nombre y confundiremos con este exmarido, ese antisocial y aquel proetarra, simples adjetivos. Esto no es democracia, es ignorancia. Yo, pronombre, promovería protestas, permítaseme el tautograma.

Duele que los monosílabos con diptongo ortográfico pierdan la tilde (fie, hui, frio), pero sería muy fuerte, tío, si igualaran el "sí" afirmativo y "si" condicional, el "sé" de saber y el "se" reflexivo, el "más" adverbio de cantidad y "mas", conjunción adversativa.

En resumidas cuentas, podía ser mucho peor: que se unificara la be y la uve, la ce y la ese, que desapareciera la hache y la cambiaran por la ge..., que siguieran acortando la pronunciación y la escritura en favor de soluciones fonémicas y en perjuicio de las etimologías. La buena ortografía conduce a la pulcritud en todos sus aspectos; me disgusta que se legalicen las faltas, vaya, que se socialicen la desidia y la ignorancia. El lenguaje no es sólo para comunicar, también se necesita para avanzar en el pensamiento y en la creación. Soy de los que rebajarían la nota en Matemáticas al alumno que pusiera uve al cuadrado en lugar de be al cuadrado en el teorema de Pitágoras. La "v" jamás fue cateto.