Salamanca / Oviedo

«Rayos y retruécanos», un relato con marcados tintes irónicos y divertidos del escritor praviano Pepe Monteserín fue el ganador del Premio Internacional de Cuentos «Miguel Unamuno», auspiciado por Caja Duero-Caja España que se falló ayer en Salamanca.

Javier San José, presidente del jurado en sustitución de Víctor García de la Concha, señaló entre los relatos «diferentes» la obra de Monteserín, que cautivó a la mayor parte de los miembros del jurado por «el juego de palabras, la ruptura de las frases hechas y el doble sentido de las afirmaciones».

Pepe Monteserín, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA y uno de los escritores más premiados del panorama narrativo actual, desarrolla en «Rayos y retruécanos» la historia de un hombre aquejado de un mal imaginario «que no es otro que la sensación de que se te mete en la cabeza una tonadilla» agregó el presidente del jurado, que en el caso del protagonista es: «vacilón, qué rico vacilón, chachachá, qué rico chachachá».

Una tonadilla que se le repite en la cabeza de forma enfermiza hasta hacerle enloquecer, para al final del relato ir mejorando porque se va «desencantando». Al final del texto y sin perder el tono irónico, el protagonista asegura que se cura con un «Me importas tú, y tú, y nadie más que tú».

El jurado destacó la construcción «perfecta» del relato y el «gran mérito» del autor para hacer una narración divertida con un estilo cercano al neobarroco en el que se compaginan por igual los tecnicismos y un lenguaje coloquial que roza en casos la vulgaridad con marcados toques asturianos.

Monteserín (Pravia, 1952) se dio a conocer en el mundo literario con la novela «Mar de fondo», publicada en 1993, una obra que serviría de rampa de lanzamiento para una prolífica carrera que desde entonces le ha proporcionado numerosos reconocimientos. El escritor ha probado todos los géneros literarios, desde el ensayo a la columna periodística, el teatro y los cuentos infantiles. Aparejador de profesión, es el autor de la letra del himno del Colegio Oficial de Aparejadores de Asturias y del himno de Pravia.

En su haber cuenta con numerosos premios, entre ellos el «Ciudad de Alcalá» por la novela «Los ángeles más hermosos» y el «Emilio Alarcos» por «Se detuvo el mundo», que consiguió también en 2005 el premio de la Crítica de Asturias. Asimismo tiene en su haber el de la Crítica de Literatura Juvenil en 2003 y el «Ciudad de Valencia» de Ensayo, siendo el más reciente el «Lengua de Trapo» en 2007 por «La lavandera», entre otros.

Junto al ganador, se han elegido dos accésit que fueron para las obras «Pensé que era alérgica al sonido de la balalaica», de la profesora de Técnicas Narrativas de la Escuela de Escritores de Madrid Isabel Canielles, y para «El hombre deshidratado», un relato de ciencia ficción de Benjamín Pulido.