Oviedo, P. Á.

«Creo que el trasplante de cara llegará a estandarizarse, aunque siempre hablaremos de pocos casos», afirmó ayer Pedro Infante, cirujano maxilofacial del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla que hace poco más de un año participó en uno de los tres únicos trasplantes de rostro que hasta el momento se han llevado a cabo en España. En el mundo se ha realizado un total de 13.

«Hay estructuras, como los labios, que sólo pueden rehabilitarse o reconstruirse con un trasplante de cara, sobre todo en pacientes quemados o con heridas por armas de fuego», precisó el doctor Infante, quien vaticinó que el despegue definitivo de este procedimiento quirúrgico llegará cuando se disponga de fármacos inmunosupresores «más específicos, más baratos y con pocos efectos secundarios». Un objetivo que podría verse cumplido «en un plazo de unos diez años». El coste actual de la inmunosupresión ronda «los 600 euros mensuales», precisó el doctor Infante.

El cirujano sevillano se encuentra en Asturias con motivo del V Simposium internacional de implantología «Ciudad de Oviedo», que se desarrolla desde ayer y hasta mañana en el auditorio Príncipe Felipe. Este evento bienal, organizado por la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM), congrega en esta edición a más de medio millar de profesionales de todos los ámbitos de la implantología, tanto cirujanos maxilofaciales como odontólogos y estomatólogos. El programa incluye, asimismo, cursos paralelos dirigidos a técnicos y operadores de radiología, técnicos de laboratorios e higienistas bucodentales.

«Los participantes son un colectivo de élite, muchos de ellos con doble especialidad, que además de cirujanos maxilofaciales son odontólogos o estomatólogos», explicó Santiago Llorente, especialista ovetense y presidente del comité organizador. El doctor Llorente subrayó la juventud de la cirugía oral y maxilofacial como especialidad -fue reconocida oficialmente en 1977- y precisó que en algunas provincias españolas e incluso en algunas comunidades autónomas -caso de La Rioja- no se dispone de un servicio hospitalario de esta especialidad.

Pedro Infante expondrá mañana, sábado, su experiencia en el trasplante facial, un procedimiento que aún se halla en fase experimental. El efectuado en Sevilla tuvo lugar los días 25 y 26 de enero de 2010. Se prolongó durante treinta horas y contó con la participación directa e indirecta de más de cien profesionales sanitarios y de quince servicios hospitalarios. Rafael, el paciente, sufría una neurofibromatosis que le había originado una grave deformación en la cara que, a su vez, le causaba importantes alteraciones en las funciones del rostro. Para él no había más alternativa que el trasplante.

«Es muy posible que el trasplante de cara sea el mayor desafío de nuestra especialidad y no sólo por razones técnicas, sino por el enorme trabajo organizativo que conlleva», enfatizó el doctor Infante. De los 13 trasplantes faciales practicados hasta la fecha, Francia lidera el ranking, con 7, seguido de España (3, en Valencia, Sevilla y Barcelona), Estados Unidos (2) y China (1). Según el cirujano sevillano, han fallecido dos de ellos: uno de los franceses, debido a una infección sufrida dos meses después de la intervención, y el chino, quien a los dos años de la operación abandonó la inmunosupresión por propia iniciativa.

El trasplante de rostro continúa suscitando dilemas de carácter ético. «La gran cuestión es que no se trata de un trasplante vital, sino de un trasplante de calidad de vida. Sin embargo, acarrea una medicación inmunosupresora para toda la vida y, además, al bajar las defensas hace al paciente más susceptible a las infecciones e incluso a tumores», apostilló Santiago Llorente.

Pedro Infante sostiene que las reticencias deontológicas están perdiendo aristas. «Hay que tener en cuenta que hablamos de personas con una gran desfiguración facial, por una grave quemadura o una herida por arma de fuego, que no pueden desarrollar una vida laboral ni familiar normal», argumenta. El doctor Infante agregó que «hay que ponerse en la piel de los pacientes, que están encantados». Y señaló que el operado en Sevilla «puede comer, puede hablar, ya tiene movilidad y expresión, e incluso el tejido trasplantado cada vez se parece más a su piel natural».

Con todo, el cirujano maxilofacial del Virgen del Rocío no prevé grandes cifras de operados. «La cirugía se estandarizará, pero siempre se hará con cuentagotas», indicó. Hasta el momento se han realizado en todo el mundo unos 50 trasplantes de mano, «y pienso que el ritmo del trasplante de cara que va a ser muy similar».

Pese a la complejidad de este procedimiento quirúrgico, Pedro Infante considera que llevarlo a buen término «está al alcance de cualquier hospital público de España con un servicio de maxilofacial cualificado, por ejemplo el de Oviedo». Lo más complejo, a juicio del cirujano sevillano, es «organizar a un centenar de profesionales en un solo objetivo y, además, hacerlo en 24 horas». En la faceta técnica, el doctor Infante cita dos cuestiones cruciales: no superar las seis horas de isquemia (de falta de riego sanguíneo) y superar el riesgo de rechazo hiperagudo de las primeras horas posteriores a la intervención.