Oviedo, E. G.

Los profesores rusos tuvieron que abandonar Asturias porque el sistema académico no permitía una nueva contratación laboral como catedráticos. No es un problema regional, sino estatal, que condiciona la llegada de talentos de auténtico prestigio. Los rusos llegaron con una beca tramitada por la FICYT, pero cuando expiró el plazo de vigencia fue imposible encontrar una grieta en el sistema para prorrogar su estancia. Ellos querían, la Universidad también.

Iván Shestakov recuerda con nostalgia a Consuelo Martínez, Santos González, y Conchita López Díaz, entre otros. «Mantengo relaciones fuertes científicas y humanas con todos ellos, y prácticamente cada año visito Oviedo, a veces con visitas cortas, a veces me quedo por unos meses, trabajando sobre proyectos de investigaciones conjuntos. Últimamente trabajo mas con Consuelo Martínez, en teoría de superálgebras», explica.

Iván Shestakov reconoce que «si hubiera recibido una buena propuesta de trabajo, creo que me habría quedado. ¿Por qué me fui? Porque no recibí tales propuestas. El contrato de FICIT terminó.

De Asturias se fue a La Rioja y de allí a Rusia. Ahora trabaja en Brasil, en el Instituto de Matemática y Estadística de la Universidad de São Paulo, donde lo contrataron como catedrático y le respetaron su antigüedad académica, casi treinta años.

«Es una de las mejores universidades de América Latina, tiene muy buenas condiciones para trabajar». Asegura que está rodeado de talentos jóvenes llegados de todo el mundo. Su estudio conjunto con el matemático Ualbai Umirbaev, de Kazajastán, recibió en 2004 el premio de la American Mathematical Society por el mejor articulo de investigación.