Oviedo, J. B.

Nacho Fonseca mezcló en sus palabras el humor con sus personajes y sus historias. Divertido y con el punto de genialidad del maestro. Luego dio gracias y resaltó méritos especialmente a los niños, que han sido protagonistas de su música los últimos 25 años.

Era el gran día de Nacho Fonseca, el creador de «Seliquín» y «Xentiquina», dos grupos infantiles que, un cuarto de siglo después de su nacimiento, se han convertido en referencia pedagógica, cultural y de la llingua. La cita fue ayer en el auditorio de Oviedo, con una asistencia de público a la altura de los eventos más célebres y celebrados del recinto. Efectivamente, era el homenaje a Fonseca, quien creó los dos grupos; primero en Porrúa y hasta hace nada en Lieres.

Lieres, cuyo colegio se llamará «Xentiquina», como anunció ayer el director del centro como muestra de gratitud al trabajo del homenajeado. Pero el acto estaba protagonizado esencialmente por la música y por muchos de los «seliquinos» y «xentiquinos» que de una forma u otra participaron en el acto. Un evento con un programa denso que se resolvió muy bien.

La musicalidad comenzó de la mano del grupo «Ventolín» y siguió con «Siero Musical», que cantó «En el país de Alicia». Entre actuación y actuación se intercalaban imágenes de ambos grupos infantiles, de sus representaciones, de sus actuaciones en grandes teatros, de sus apariciones en televisión. Algo, la tele, con lo que tuvo que ver mucho Carlos Jeannot, quien, como dijo la hija de Nacho, Esther Fonseca, fue padrino del grupo. Los dos subieron al escenario hasta que Esther se quedó para cantar a su padre «L'inviernu». Todo se sucedía de manera entretenida. Antes y después de que Jeannot y Esther Fonseca subieran a escena, «las tablas» acogían actuaciones. Un niño que apareció de las butacas intervino con mucha gracia. Contó que había oído a una «pita miagando», lo que dio paso a la actuación de «Bueno» para hacer su versión acompañado de Alfredo González. También subieron el trío «Art Decó», «Skanda», Héctor Braga, la representación de los maestros en «GAME» (mostrando en su canción un brillante apoyo de dibujos), y «Los Berrones», que le dieron gas a «La moto de Pachín». Un sinfín de nombres que plasmaron el sonido «Xentiquina» y entre los que se entremezclaron emotivos discursos de agradecimiento al maestro, con la reivindicación del asturiano en intervenciones como las de Ana Cano, la presidenta de la Academia de la Llingua, que, además, mostró su disgusto porque alguien tan brillante tenga que jubilarse.

Todos se volcaron en esta fiesta para Nacho Fonseca; una fiesta que constató un trabajo de muchos años.

Nacho Fonseca ha sido el impulsor de muchos músicos asturianos. Y ayer todos le rindieron honores. Han sido 25 años dedicados a la música y a los críos.

No obstante, toda su labor quedará plasmada en un CD/DVD, una producción de Pablo Quiroga que recorre su historia con la intervención de 23 grupos y que añade un documental.