Madrid, Efe

El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, se muestra «inquieto» por un debilitamiento del sistema educativo si las comunidades autónomas mantienen las reducciones presupuestarias, se recortan las tutorías y el profesorado de refuerzo y apoyo y las universidades dejan de recibir financiación suficiente de manera prolongada.

Gabilondo niega que las recientes reformas de la ESO y la FP sean un «coladero» para enmascarar el fracaso escolar y augura que se seguirá hablando de la necesidad de un pacto educativo en la próxima legislatura porque la sociedad lo demanda, gobierne quien gobierne. «Si alguno espera que para que haya un pacto en España estemos de acuerdo todos en todo, no lo habrá nunca», advierte Gabilondo cuando recuerda, en alusión al PP, que finalmente no salió el acuerdo educativo que él impulsó hace un año y medio.

Después de dos años largos al frente del Ministerio, Gabilondo rechaza la sensación de un fin de ciclo. Más bien interpreta la situación como una «carrera de relevos», donde unas políticas no cierran caminos, los abren, por ejemplo, en FP. «Nunca he tenido la sensación de haber acabado algo. No quiero ser alguien acabado», enfatiza.

A pesar de que hay fecha electoral, su equipo seguirá trabajando en septiembre en el acceso a la profesión docente o en el Estatuto del Personal Docente e Investigador y en la aprobación del real decreto de convalidación de créditos entre enseñanzas superiores.

Preguntado por la congelación e, incluso, la reducción de plantillas docentes en algunas comunidades, indica que la relación entre el número de profesores y alumnos es idónea si se compara con Europa. Otra cosa son los profesores de apoyo y refuerzo, lo que tiene que ver con tutorías y atención a los alumnos con necesidades especiales. «Pido una y otra vez que no se debilite ese sistema, que es estructural, que no son profesores accidentales, sino sustanciales». El modelo educativo está formado también por esos programas de refuerzo y apoyo educativo: «Si lo desmontamos, claro que se va a resentir la educación».

Sobre la Universidad, subraya el incremento extraordinario de financiación de los últimos años, con buenos resultados, por ejemplo, en la producción científica, pero ahora se vive la «inquietud» de los recortes. Los rectores han denunciado que las universidades públicas han perdido 300 millones de euros de financiación en un año.