Esta información ha sido elaborada por: M. PÉREZ (Avilés), M. Á. GUTIÉRREZ (Langreo) y P. GALLEGO (Oviedo)

Adrián Pérez Martín aún no lo sabe, pero cuando sea mayor sus padres le explicarán que nació el mismo día en que el mundo esperaba al ciudadano 7.000 millones. Adrián nació en el Hospital San Agustín de Avilés a la una de la madrugada de ayer. Cinco minutos más tarde, en Oviedo, venía al mundo Sofía Cachero López y, ya entrado el día, Henar Ardura Casado, también en la capital asturiana, y Aleida Cogorro Rosa, en Langreo. Ellos son algunos de los nuevos asturianos que estuvieron a punto de convertirse, por un día, en el bebé más famoso del planeta, convertido ayer en paritorio global.

El padre del único niño, Adrián, Alejandro Pérez Menéndez, afirmaba con orgullo que su hijo vino hecho «un chavalín». Con un peso de 3,7 kilos y una longitud de 51 centímetros, su madre, Verónica Martín Pérez, no vivió un buen parto, aunque ayer por la tarde ya se había olvidado de todo. La cara de su bebé, que dormía tranquilo en su cuna del hospital, compensaba el esfuerzo. En su casa de Piedras Blancas les espera una personita que será muy importante en la vida de Adrián, su hermana Nuria, que cumplió 5 años el jueves pasado. Alejandro Pérez, trabajador de Asturiana de Zinc, es consciente de que el pequeño Adrián llega al mundo en un momento delicado. «Se ve complicado, está todo muy fastidiado», explicó el padre. «Esperemos que se vaya arreglando para que cuando sea mayor tenga más oportunidades».

Para Ana Casado, de 28 años, y Joni Ardura, de 29, Henar es su primera hija. La pequeña, con 3,4 kilos de peso y 50 centímetros de longitud, nació a mediodía y la experiencia del parto, que duró la friolera de 27 horas, está demasiado reciente para saber si será hija única. «Con el tiempo seguro que nos animamos», afirma su padre mientras mira de reojo a la madre de Henar, que arropa al bebé entre sus brazos. «La experiencia es única, no hay nada que la iguale», dice ella, aunque no fuese el bebé 7.000 millones.

A dos habitaciones de distancia, en la primera planta-derecha del Hospital Materno-Infantil de Oviedo, Patricia López, de 32 años, y Javier Cachero, de 34, también se estrenaban ayer como padres. Sofía nació «trasnochadora» y pesó 2,5 kilos. Algo tímida, quizás algo molesta porque tanta gente estuviese pendiente de ella a la hora de la siesta, ocultaba con los brazos su cara, que sus padres no se cansaban de mirar. Para su madre, la experiencia de la maternidad fue «muy buena».

Un poco más lejos de allí, en Langreo, vino al mundo Aleida, la tercera niña de esta historia, la cuarta si se cuenta a la pequeña filipina que pasará a la Historia como la habitante 7.000 millones del planeta. «Es una historia divertida, le contaré todo esto a mi hija cuando sea mayor», dice la madre de Aleida, Violeta Rosa. Su hija vino al mundo a las 7 y 10 de la mañana de ayer en el Hospital Valle del Nalón y durmió plácidamente buena parte de una jornada histórica, absolutamente ajena al revuelo derivado por el censo de habitantes del planeta. «Hugo, mi marido, y yo sabíamos que podían coincidir las fechas y lo primero que le pregunté era si regalaban algo por lo del bebé siete mil millones», bromeaba ayer la madre. «El parto se me adelantó una semana, pero no estaba preparado. La niña vino por su propio pie», añade.

Como Ana Casado y Patricia López, Violeta Rosa también es madre primeriza. El día en que vinieron al mundo sus primeros hijos, el segundo para Verónica Martín, resultaba difícil abstraerse de la controversia desatada entre diferentes países a la hora de atribuirse la «maternidad» del habitante 7.000 millones del planeta. «Estuvimos siguiendo la noticia. Me llama mucho la atención que se pueda detectar el lugar exacto donde ha nacido el bebé; imagino que habrá países en los que todo esto de calcular el censo no sea muy fiable», argumenta Rosa. En cualquier caso, esta vecina de Riaño huye de polémicas y asegura, entre bromas, que no tiene previsto impugnar la designación.