Gijón, J. L. A.

Una de las aportaciones asturianas a la 49.º edición del Festival Internacional de Cine de Gijón es el documental («rockumental», según palabro que puede servir para la ocasión) «WarCry... 34.450 kilómetros», pieza dirigida por José Ángel Ordiz, estrenada el pasado domingo, en la que se cuenta la última gira de la banda de heavy metal por Hispanoamérica, en concreto por Chile y México, donde la formación es una «leyenda» con multitud de seguidores.

«Me lie a grabar, sin guion previo, así que opté por contar las cosas de manera cronológica, que me parece la más sincera en este caso», explicó ayer Ordiz, que forma parte, también, del equipo técnico de «WarCry», un grupo que levanta pasiones en el mundo de habla hispana del otro lado del Atlántico. El director agradeció la labor de Alejandro Zapico en el montaje final de la obra, que resume en 54 minutos la conquista musical americana de un grupo que nació en Asturias en 2001, cuando el vocalista Víctor García y el baterista Alberto Ardines fueron expulsados de «Avalanch».

La película muestra cómo «WarCry» es aclamado en sus conciertos latinoamericanos. Llegaron a tocar, por ejemplo, en El Circo Volador, una sala mítica de Ciudad de México. Su contundente directo, una de sus grandes bazas, es muy apreciado por el público hispano de heavy metal. «Lo que no sale tan reflejado en la película son los problemas de infraestructura», indicó Víctor García, vocalista del grupo, al que acompañaron otros tres componente de «WarCry», Novoa, Yugueros y Roberto García.

Los componentes de la banda relataron anécdotas que muestran la amplia aceptación que «WarCry» tiene en varios países hispanoamericanos: muchachos que quieren intercambiar sus playeros con los músicos, chicas que plantean fugarse a España... «Todavía tenemos mucho que hacer, porque nos quedan pendientes países como Costa Rica o Argentina», hizo resaltar Víctor García, quien también apostó por un acercamiento al público europeo: Alemania, Italia o Centroeuropa. La película de Ordiz trata de reflejar las sensaciones y emociones de una banda que llegó a Hispanoamérica como grupo telonero de «Mago de Oz» y que, posteriormente, ha sido reclamada por promotores y productores por la exigencia de un público que pide el directo de «WarCry».