Gijón, M. SUÁREZ

Representantes de 36 asociaciones enogastronómicas de toda España, Francia y Portugal se reunieron ayer en Gijón para asistir al II Capítulo que organiza la Cofradía del Oriciu, un éxito de participación que reivindica la importancia de este tipo de iniciativas como reclamo turístico y como forma de conservar y difundir las costumbres que son características de cada zona.

«No somos sólo personas que comemos bien. Nuestra labor es importante, y más, si cabe, en este momento de crisis y globalización», defendieron ayer durante su encuentro de hermandad. Como parte del programa de actividades, la Cofradía del Oriciu incorporó a tres nuevos cofrades de número: el ex futbolista del Sporting José Antonio Álvarez, el médico Manuel Muñoz, jubilado en el Hospital San Agustín de Avilés, y el profesor leonés José Ramón Bodega.

También se reconoció, como cofrades de honor, al grupo «Nuberu», al cocinero Miguel Sierra (que presentó un bombón de oriciu) y al Centro Asturiano de Santander, representado por el llanisco Felipe Somohano. Se distinguió, además, a la sidrería Lavaderu con el primer premio que entrega la cofradía gijonesa. Una espicha en este local de Cimadevilla y una comida en el centro de talasoterapia pusieron el punto final a la jornada, arropada por el primer teniente de alcalde y el presidente del Ateneo Jovellanos.

El Capítulo de la Cofradía del Oriciu se plantea como objetivo para este año «investigar el modo de poder conservar los oricios para comerlos también en verano» y «hacer de Gijón la capital del oriciu», en colaboración con las administraciones públicas y la hostelería local. A lo que su presidente añadió: «Hay que meter a más jóvenes y niños en las cofradías».