Gijón, Pablo TUÑÓN

Se cumplen 50 años de la primera película española que exhibió a una actriz en biquini, «Bahía de Palma». Elke Sommer fue la musa de ese atrevido e inicial traje de baño. Y testigo en primera fila del acontecimiento, el asturiano Arturo Fernández, «el Tigre del Piles», el galán seductor que encabezaba el reparto del exitoso largometraje de Joan Bosch, que evadió la censura para exhibir a la escultural y cotizada actriz alemana con un biquini negro sobre las rocas. «Tuvo éxito porque la gente iba a ver el biquini de Sommer, pero tenía un guion magnífico y un marco turístico impresionante como Mallorca», recuerda Fernández.

La cinta, la primera impulsada para promocionar el turismo de sol y playa, se mantuvo tres meses en cartelera en el Palacio de la Prensa de la Gran Vía madrileña. «Eso nunca se ha visto con una película española», señala el actor gijonés, que interpretaba a un pianista que llega a Palma con poco dinero, a pesar de su fama, para tocar en una sala de fiestas. Allí conoce al personaje encarnado por Sommer. «Era un monumento de mujer y después se fue a Hollywood a rodar junto a Paul Newman», cuenta Fernández, que matiza que «tuve relación con ella como compañero, pero hablaba muy poco español». Asimismo, el gijonés destaca «el gran reparto» del filme, que incluía también a Cassen. «Tuve que aprender a tocar el piano y me enseñaron una canción para que mis dedos acompañaran a la música cuando me grabasen. Aunque me ilusionó aquello, nunca más volví a tocarlo», cuenta.

La película recibió severas críticas por parte de las autoridades eclesiásticas, que llegaron a considerarla «gravemente peligrosa y desaconsejable para todos los públicos». Algunos carteles fueron pintados transformando el biquini de Sommer en bañador o, incluso, en vestido largo, y la Guardia Civil vigiló el acceso a cines para controlar la edad de los espectadores. Sin embargo, el biquini no era nada nuevo para Arturo Fernández. «Había visto muchas mujeres así de ligeras en mi alcoba particular, así que no me sorprendía», asegura el gijonés, que añade que «una mujer en biquini no era tanto problema, porque ya se veían en sitios como Palma de Mallorca o Cataluña».

Sin embargo, Fernández recuerda anécdotas curiosas de la época referentes al bañador de dos piezas. «En la playa de San Lorenzo vi un día un tumulto y pensé que alguien se estaba ahogando, pero era que había una chica en biquini. No entendía que causase tanta sorpresa», dice. Ni siquiera le sorprendió la voluptuosidad de la figura de Elke Sommer. «Había tenido novias con muchísimo mejor cuerpo que ella», asegura. Cincuenta años después de «Bahía de Palma» muchas cosas han cambiado en la vestimenta femenina playera, no así en el carácter de Arturo Fernández, eterno conquistador y comediante. De una pieza.