Oviedo, M. S. MARQUÉS

Si todo sale como George Church, genetista de la Universidad de Harvard, se propone, acabaremos encontrando por la calle Uría de Oviedo parientes de los neandertales de la cueva de Sidrón. El científico asegura contar con la tecnología suficiente para clonar la especie extinguida y busca una mujer «extremadamente valiente» dispuesta a convertirse en madre del primer bebé neandertal clonado.

Si el científico consigue llevar adelante su propuesta, con la que ya ha desatado la polémica, además de resucitar una especie extinguida podría hacer realidad la frase -famosa entre antropólogos- apuntada a mediados del siglo XX por W. Straus y Alec Cave cuando, tras reconstruir casi por completo un esqueleto neandertal de la Dordoña francesa, aseguraron que aquel individuo «habría pasado completamente desapercibido en el metro de Nueva York». Subrayaban así su aspecto físico, mucho más humano y parecido al nuestro de lo que hasta entonces se creía.

Esa visión del neandertal en el metro fue puesta de ejemplo muchas veces en el último medio siglo, pero nunca hasta ahora se había pensado que podría hacerse realidad. Church, que acaba de publicar «Regénesis: cómo la biología sintética reinventará la naturaleza...», arranca diciendo que en su laboratorio está todo a punto para poder traer de vuelta a los parientes del hombre de Sidrón. La secuencia del genoma del neandertal le ha despejado el camino para la hazaña. «Sólo habría que cortar ese genoma en miles de trozos y después sintetizar cada uno de ellos e introducirlos en una célula madre humana».

Aunque para el genetista Carles Lalueza-Fox, investigador del Instituto de Biología Evolutiva e integrante del equipo científico de Sidrón, «el anuncio de Church es una "boutade", probablemente pensada para promocionar el libro que acaba de sacar», el investigador de Harvard sostiene que en su laboratorio han desarrollado un procedimiento para conseguir una línea celular cada vez más próxima a la secuencia neandertal.

Lalueza-Fox, que formó parte del equipo europeo que secuenció en 2009 el genoma neandertal, no lo ve tan fácil, y asegura que «ahora mismo no es posible clonar a un individuo del Paleolítico medio». Tampoco cree que Church disponga, «como dice, de la tecnología adecuada. Si cuenta con esos medios, no los ha publicado», afirma. Además, el investigador catalán, que tuvo un papel esencial en la secuenciación del ADN de Sidrón, está convencido de que «aunque como diseño fuera posible, no podría llevarse a cabo, porque ningún país occidental lo autorizaría».

Sea o no posible, la polémica ya está servida, y Church, que ya avanzó hace algunos años sus intenciones de recuperar la especie neandertal en el laboratorio, afirma ahora que la posibilidad de conseguirlo está próxima. Para él, una de las ventajas de la clonación es el hecho de traer al mundo a humanos que tendrían una forma de pensar diferente de la nuestra y podrían crear una nueva cultura, lo que el investigador cree que podría resultar beneficioso.

Lo que Church ve a la vuelta de la esquina, a Lalueza-Fox lo lleva a otro análisis más reflexivo: «El borrador del genoma tiene agujeros, es todavía de baja calidad», dice, pero es un inconveniente que ve «solventable», porque el Instituto Max Planck está trabajando para mejorarlo. Lo que no acaba de ver es a un neandertal entre nosotros, «porque ya sería diferente. No obtendrías un neandertal de hace 50.000 años, sino otra cosa. Sería un organismo diferente porque todo influiría, el desarrollo, la dieta, el entorno... No solo los genes convierten a un humano en neandertal».