La supresión temporal de la actividad vespertina de los médicos mayores de 55 años del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) puede romper la paz firmada el pasado 11 de enero por la Consejería de Sanidad y el Sindicato Médico (SIMPA). «Si el problema no se soluciona en menos de una semana, no tendremos más remedio que volver a una situación de conflicto», explicó ayer Ángel Colmeiro, responsable de la sección de atención especializada del SIMPA y delegado del sindicato en el HUCA.

De otro lado, los representantes sindicales tanto del Hospital Central como del de Cabueñes han denunciado el modo «absolutamente caótico» con el que -aseguran- están aplicándose las dos horas y media semanales de trabajo adicional estipuladas en la normativa aprobada el año pasado por el Gobierno central.

«La tensión en el HUCA es enorme, cada vez más alta», señaló el doctor Colmeiro, principal artífice del acuerdo con el Principado que puso fin a cuatro meses de un conflicto suscitado por la nueva regulación de la jornada laboral en la sanidad asturiana. La discrepancia sobre los facultativos mayores de 55 años se refiere, en concreto, a los módulos de actividad vespertina (operaciones o consultas) que venían desarrollando aquéllos que han sido eximidos de las guardias nocturnas y habían solicitado esta actividad alternativa con el fin de mitigar la pérdida de poder adquisitivo.

El documento suscrito el 11 de enero señalaba, al respecto, que «el personal que tenga reconocida la exención de guardias mantendrá dicha situación en módulos de actividad alternativa que completarán diez horas mensuales». Hasta entonces, estos facultativos solían cumplimentar por las tardes tres bloques mensuales de cuatro horas cada uno. O sea, 12 horas al mes, que venían a reportarles unos 8.500 euros anuales. En adelante, podrán hacer un máximo de 10 horas al mes.

La controversia viene generada por la transposición del citado acuerdo al decreto regulador de la jornada laboral. La norma precisa que «en el plazo de tres meses desde la entrada en vigor del presente decreto, las gerencias de las áreas sanitarias establecerán con cada uno de los profesionales [exentos de guardias médicas] las actividades y objetivos a desarrollar, teniendo en cuenta la actividad previa que venía desarrollando cada servicio y unidad, así como las necesidades asistenciales».

Según Colmeiro, en el momento actual ningún médico del HUCA mayor de 55 años está realizando la actividad sustitutiva de las tardes. «Es un incumplimiento palmario del acuerdo de salida de la huelga», precisó el dirigente del SIMPA. Y agregó: «No hay interpretación posible. Se habla de tres meses para evaluar la actividad de estos médicos y, eventualmente, modificarla, pero no de tres meses con los módulos de tarde suspendidos». Colmeiro sostiene que los responsables del Hospital Central exhiben una actitud «torticera». «Si el problema no se soluciona en un plazo muy breve vamos a tener otro conflicto», reiteró.

A juicio del SIMPA, la implantación de lo que algunos han denominado «horas marianas» -las dos horas y media de jornada semanal ampliadas por el Gobierno de Mariano Rajoy- «es un caos» tanto en el Central como en Cabueñes. «Están aplicándose de mil maneras distintas. Algunos servicios lo hacen con contenido, y otros sin él». «Una cosa es flexibilidad en la implantación y otra caos», matizó Colmeiro, quien aseguró que en las consultas programadas para las tardes «estamos viendo que muchos pacientes que están citados no acuden».

El consejero de Sanidad, Faustino Blanco, presentó ayer el Consejo Asesor de Sanidad, el comité de expertos que, según el propio Blanco, «contribuirá con su tiempo, y sobre todo con su enorme talento, a ayudarnos a fomentar el buen gobierno del sistema sanitario público». La imagen muestra a 13 de los integrantes del mismo. De izquierda a derecha, Zenaida Álvarez, María José Capellín, Ramón Menéndez, José Vera, Abelardo Román, Laura Cabiedes, Juan López Arranz, Faustino Blanco, Laura González, Carlos Suárez, Marcelo Palacios, Sergio Gallego y Francisco Ortega. Faltan Margarita Salas, que no pudo asistir al acto de constitución, y Carlos López Otín, que se incorporó minutos más tarde.