Más del cinco por ciento de los alumnos matriculados este curso que está a punto de terminar en Asturias lo hicieron en calidad de repetidores. De los más de 84.000 niños y adolescentes en Primaria, ESO (incluyendo los matriculados en diversificación curricular) y Bachillerato en centros públicos y concertados, más de 4.300 repiten, una cifra por debajo de la media española, pero muy por encima de la mayoría de países europeos de nuestro entorno.

El 35% de los alumnos asturianos de 2.º curso de Bachillerato tienen estos días pendiente alguna asignatura y se ven obligados a presentarse a las evaluaciones extraordinarias. De 4.153 alumnos matriculados en este nivel en institutos o colegios concertados de la región, 1.450 tienen que volver a examinarse. Y el porcentaje de suspensos en Bachillerato, donde los alumnos ya pueden escoger modalidad y materias, es más bajo que el de la Secundaria Obligatoria.

España bate todos los récords en materia de repetición de cursos. El 35% de los alumnos españoles de 15 años ya ha repetido al menos un curso en Primaria o en Secundaria. Estamos a un nivel parecido al de Francia o Portugal, pero muy por encima de casi todos los demás socios europeos. Países como Reino Unido, Alemania, Finlandia, Polonia o Hungría están por debajo del 15%, y la media de la Unión Europea (UE-27) se queda en el 16%, menos de la mitad de las cifras de repetición escolar que se dan en España.

En nuestro país se puede repetir en tres de las etapas educativas, Primaria, Secundaria Obligatoria y Secundaria Posobligatoria. La normativa es muy parecida en la mayoría de los socios comunitarios, aunque hay países como Islandia o Bulgaria en los que la promoción escolar es automática. En otros no se repite mientras el alumno curse Primaria, pero sí en la etapa de Secundaria.

Las diferencias en los porcentajes de repetidores no parece estar tanto en las bondades o maldades del sistema como en una cuestión cultural. Un reciente informe de la red Eurydice, de la Unión Europea, señala: «El hecho de que en una cultura educativa domine la repetición de curso parece ser la principal razón que explica que esta práctica se emplee más a menudo en algunos países, en los que sigue predominando la idea de que repetir curso puede ser beneficioso para el aprendizaje de los alumnos». La UE anima a «cuestionar algunos supuestos y creencias» al respecto.

Estamos ante una monumental encrucijada. Por un lado, existe la creencia de que a los alumnos españoles se les exige poco. Por otro, las estadísticas demuestran que se repite mucho. Y la tercera paradoja es que, a pesar de las repeticiones, España está a la cabeza de Europa en abandono escolar temprano.

Más del 30% de los jóvenes españoles entre los 18 y los 24 años, con nivel máximo de enseñanza en la ESO, ya no estudian. La media europea anda por el 15% y algunos de los pesos pesados de la Unión Europea (Alemania, Países Bajos, Dinamarca, Bélgica, Finlandia, Suecia o Polonia) rondan o están por debajo del 10%, según datos de la Comisión Europea.

El desafío es situar la media de la UE en ese 10%, pero países como España, Italia o el Reino Unido amenazan con hacer añicos cualquier buena intención comunitaria.

El sistema educativo tiene sus lagunas, pero el abandono escolar temprano no se puede explicar sólo con esos parámetros. Entre 2000 y 2009 España fue uno de los tres países de la Unión Europea que aumentaron su porcentaje de alumnos que abandonaban los estudios antes de tiempo (más de un 7%). Los otros dos, Finlandia y Suecia, que tienen cifras mucho más positivas que las españolas.

Años de bonanza económica -hostelería y ladrillo generaron trabajo fácil-, sobre todo los primeros de la década, propiciaron una monumental salida precipitada de las aulas (en Asturias, dicho sea de paso, el fenómeno fue mucho más tamizado). Ahora el país está pagando las consecuencias, y más que se pagarán en el futuro. Los errores se pagan también en frío.