"Tuve en mi mano el pequeño y bello volumen de la Constitución de Cádiz de 1812. Bella historia. Es un honor estar aquí para el premio de Asturias", escribió Saskia Sassen en el libro de honor de la Junta General del Principado. Y ante diputados nacionales y senadores y buena parte de los diputados regionales, Sassen improvisó un mensaje que lo tiene más que trabajado. "Esta es una crisis inexplicable", dijo, contra la que hay que luchar "recuperando el espacio local de lo económico y lo político".

La socióloga holandesa fue recibida por el presidente de la Junta General, Pedro Sanjurjo, y antes de su intervención habló unos minutos con los portavoces de los grupos parlamentarios (a excepción de la del PP, ausente) e ironizó con los fotógrafos que la asaetearon a flashes durante la firma en el libro oficial: "a mi me gusta mucho escribir, no hay prisa".

Explicó la donación del premio en metálico: "no le dije nada a mi marido, no sé si él tenía planes...", y entró en materia para evitar equívocos. El asunto ya no es hablar de regiones pobres y ricas, ni de ciudadanos e inmigrantes. "La diferencia es entre nosotros y el poder".

¿Y en la Junta se reunen mucho?, preguntó a los portavoces. Una vez por semana, le contestaron. Le pareció admirable. Cuando al final del acto pidió preguntas, ni un solo político abrió la boca. Será que lo tenían muy claro.