Avezado marino, brillante jurista, bibliógrafo, coleccionista, asturianista. Son algunos de los términos que definen las facetas profesionales y vocacionales de José Luis Pérez de Castro a quien el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), del que fue director entre los años 1997 y 2006, le rindió homenaje con la publicación de un libro "Pasión por Asturias" que recoge más de cuarenta estudios de diferentes autores.

Ramón Rodríguez, actual director del instituto, fue el encargado de realizar la semblanza biográfica de Pérez de Castro, destacando sus primeros estudios en Ribadeo y Gijón, su licenciatura en Derecho en Oviedo y posterior ingreso por oposición en el Banco Exterior de España en Madrid, ciudad donde cursará estudios de periodismo. Tras repasar su vida profesional y su estancia de varios años en Uruguay llegó el momento de regresar a España. Pérez de Castro decidió entonces instalarse en Figueras y dedicarse a ejercer la abogacía, lo que le permitió cultivar diversas aficiones, entre ellas su pasión por los libros y la vocación marinera.

Trabó, tanto en Asturias como en Madrid, amistad con renombrados intelectuales y fue profundizando en una dedicación asturianista que ha presidido toda su vertiente investigadora. Tuero Bertrand decía de él que era un verdadero "archivo viviente", como se subrayó ayer en más de una ocasión. Así lo comentó el empresario lácteo Francisco Rodríguez, gran amigo del jurista, que dejó para otros la parte académica y relató algunas anécdotas vividas en su compañía, además de mostrarse sorprendido por la facilidad que tiene para localizar el libro deseado en una biblioteca de 70.000 volúmenes.

De la biblioteca también habló Ignacio Ruiz de la Peña, catedrático jubilado y director del RIDEA hasta esta misma primavera. "Nada de lo asturiano le es ajeno", dijo el profesor de quien fue su predecesor en el cargo y a quien definió como "un heredero de la mejor tradición asturianista". Una práctica en la línea de figuras como Ciriaco Miguel Vigil, Constantino Cabal, Fermín Canella... que hunden sus raíces en la obra de Jovellanos y de Martínez Marina. Es la tradición asturianista que continúan personajes como Caveda y Nava y que siguen después los hombres de "La Quintana", Canella, Aramburu, Selgas y Fuertes Acevedo, entre otros, para ceder el testigo a figuras como Uría y Aurelio de Llano.

Ese acervo se reconstruye tras la guerra civil y Ruiz de la Peña inscribe ahí a Pérez de Castro, tras destacar el calado y el rigor de su trabajo "que transcurrió por muchas veredas del asturianismo, dejando obras de rentabilidad extraordinaria". Para el más cercano colaborador del jurista durante su etapa al frente del instituto, el libro homenaje es "el mínimo reconocimiento del afecto y de la deuda que con él tiene todo el asturianismo".

Intervino también Justo García, catedrático de Derecho Romano, que subrayó su trayectoria como jurista, caracterizada "por el uso y dominio de la elocuencia", y el hecho de que sus investigaciones partan siempre de la consulta directa de los archivos. El homenajeado agradeció el "bello y reconfortante" obsequio.