¿A quién se da prioridad a la hora de realizar una prueba diagnóstica: a los pacientes ingresados o a los ya citados que vienen de fuera del hospital? Esta pregunta sintetiza la nueva polémica surgida entre los médicos del servicio de radiodiagnóstico y la dirección del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Los radiólogos aseguran que en la mañana de ayer recibieron la orden de atender a los enfermos de fuera antes que a los hospitalizados. Entre tanto, fuentes del equipo directivo negaron haber cursado tal indicación y replicaron que la consigna es precisamente la contraria: en caso de duda, dar preminencia a los ingresados.

La tensión de los últimos meses se agudizó ayer como consecuencia de la reapertura de un escáner y una resonancia del viejo HUCA, una medida de carácter temporal adoptada por el equipo directivo del Hospital con el objetivo de reducir la abultada y creciente lista de espera. A estos equipos han sido destinados cuatro radiólogos, circunstancia que ha mermado la cifra de efectivos del nuevo edificio de La Cadellada y que ayer contribuyó a incrementar el clima de conflictividad.

Cada día que amanece, en el servicio de radiodiagnóstico se produce algún acontecimiento que tensa aún más la cuerda entre los médicos de la unidad y la dirección del complejo sanitario. Anteayer, lunes, dimitió el jefe del servicio, Serafín Costilla, después de dos años "atrapado" en una especie de sandwich de dos tapas: una, la formada por buena parte de los 38 radiólogos de la unidad; la otra, la configurada por el equipo directivo del Hospital. Costilla ha declinado la invitación de este periódico a ofrecer su versión del conflicto.

Ayer, comenzaron a funcionar de nuevo, después de varios meses parados, una resonancia y un escáner del viejo HUCA, una decisión tomada en contra del criterio de buena parte de los profesionales del servicio. Por si esta discrepancia fuera poco, se registraron dos hechos que contribuyeron a atizar la crisis. Por una parte, un fallo del escáner que impidió ponerlo en marcha y tardó varias horas en ser reparado. Por otra, la ya citada presunta orden de la dirección del HUCA relativa a la organización del trabajo en el nuevo recinto, en la línea de dar prioridad a los pacientes ya citados que acuden al Hospital a someterse a una prueba, en detrimento de los enfermos que están ingresados y requieren una de estas técnicas.

Fuentes de la dirección del Hospital reconocieron el fallo del escáner, si bien precisaron que la avería "quedó resuelto al mediodía y, desde entonces, funciona con normalidad". Sin embargo, las mismas fuentes negaron con absoluta rotundidad que nadie haya transmitido la orden de posponer las pruebas de los enfermos hospitalizados y aseguraron que, en todo caso, a ellos se les dará prioridad.

La dirección del HUCA ya ha reconocido, de forma más o menos explícita, una información publicada por este periódico el pasado 5 de septiembre, según la cual el Hospital llegó a tener ingresados -incluso hasta 15 días- a varias decenas de pacientes sólo a la espera de una prueba diagnóstica, debido al colapso del servicio. "No podemos permitirnos que determinadas pruebas prolonguen ingresos porque no se realicen en tiempo y forma, porque eso sí que nos llevaría a una situación poco sostenible", admitió anteayer el gerente del HUCA, Manuel Matallanas.

Según algunos radiólogos, la situación actual del servicio "es caótica, porque la dirección no quiere descitar la agenda de estudios que estaban programados para los radiólogos que se han enviado al antiguo HUCA". Fuentes del Central replicaron que ni se han desprogramado citas ni se ha dado orden de priorizar a unos enfermos en detrimento de otros. Y remacharon que, en caso de tener que elegir, se dará preminencia a los pacientes hospitalizados.

La dirección del Central asegura que la dotación de la plantilla de especialistas es suficiente, mientras que los profesionales enfatizan que "las listas de espera se deben, en buena parte, a la carencia de médicos radiólogos".