El servicio del Defensor del Profesor de ANPE atendió el pasado curso 27 casos, de los que más de la mitad estaba relacionada con las faltas de respeto. Hay otros 10 casos que tienen que ver con actuaciones individuales o grupales que buscan sacar de quicio al profesor o, por quitar malicia, pasarlo bien en clase.

El sindicato pide que "la Administración fije unos protocolos de aplicación inmediata para que los docentes sepan a qué atenerse en cada momento". Hay desorientación entre el profesorado a la hora de calificar determinadas actitudes de sus alumnos. Una misma frase puede obtener como respuesta una sonrisa más o menos resignada o un expediente disciplinario, según el profesor que toque. Y el día. Y el alumno.

Es muy difícil encontrar en Asturias colegios donde el clima de convivencia esté significativamente deteriorado. En algún caso, ese deterioro llega no tanto de los alumnos como de las relaciones entre la dirección de los centros y las asociaciones de padres. En el colegio público de San Juan de la Arena las discrepancias llegaron ya al juzgado y, por supuesto, a los medios de comunicación.

La denuncia es entendida desde algunos ámbitos como un reconocimiento de debilidad: "No puedes con la clase". Ir a Comisaría puede generar comentarios como "¿para qué te metes en líos?". Las direcciones de los centros tratan de lavar la ropa en casa porque la publicidad de un hecho contra la convivencia, aunque sea aislado, afecta a la fama del colegio o instituto. La Inspección educativa trabaja pero su opacidad es bien conocida. Quizá virtud más que defecto.

Los 27 casos tratados por ANPE son los que se sustanciaron a partir de "muchas decenas de llamadas" de docentes. "Y el que llama lo hace destrozado", apuntaba el presidente de ANPE, Gumersindo Rodríguez, que reclama que la Consejería de Educación tenga su propio servicio jurídico para tratar esos casos.