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Entrevista a Faustino Blanco, consejero de Sanidad del Principado

"El profesional de la sanidad que trabaja más y mejor tiene que notarlo en el sueldo"

"Los hospitales deben funcionar por la mañana y por a tarde"

El consejero de Sanidad, en un despacho del Parlamento regional. MIKI LÓPEZ

Faustino Blanco (Gijón, 1953), consejero de Sanidad del Principado, no ha tenido tiempo para aburrirse en los casi tres años que lleva en el cargo. Sobre sus hombros ha recaído el proyecto estrella de la legislatura autonómica: la puesta en marcha de dos hospitales nuevos, el Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo, y el Álvarez-Buylla, en Mieres. Su Departamento gestiona unos 1.500 millones de euros anuales y una plantilla de 15.300 trabajadores. Médico de familia durante 18 años en el centro de salud gijonés de El Coto, fue a mediados de los años 90 del siglo pasado el primer gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa). En el mandato que ahora concluye ha experimentado emociones fuertes. No las rehuye. En la entrevista que sigue, no oculta sus convicciones, siempre expresadas con vehemencia, pero también con un afán didáctico que desborda la capacidad de estas dos páginas.

-Dos años y medio largos de mandato. ¿Lo más positivo?

-Si miramos el programa de gobierno con el que nos presentamos, el grado de cumplimiento es alto. Un objetivo muy importante era preservar el servicio, y se ha conseguido. Segundo, la apertura de los hospitales Álvarez-Buylla de Mieres y el HUCA. Y, luego, piezas singulares, y la que me produce una expectativa de futuro alta es la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria (Finba), que tiene que generar actividad económica vinculada al conocimiento.

-¿Lo más negativo?

-Prefiero hacer tabla rasa. Probablemente las cosas negativas son producto de intentar hacer cosas.

-Quizá la apertura del HUCA le ha dado más disgustos que alegrías.

-No, no. Era muy consciente de lo que estábamos haciendo. Tenemos un extraordinario centro, y el resultado global me parece muy positivo. Lo negativo seguramente forma parte de los errores propios de un proyecto de esta complejidad.

-¿Se atreve a hacer un poco de autocrítica sobre la apertura del HUCA?

-El proceso ha salido como cabía esperar. ¿Cosas manifiestamente mejorables? Seguro, pero si uno busca la perfección total queda paralizado. Lo único que me preocupaba era la seguridad, que no hubiera nada que produjera daño a los pacientes.

-¿Puede asegurar que no se ha producido ningún problema grave para los pacientes derivado del traslado del HUCA?

-Que no se pueda resolver, no, no se ha producido ninguno. Se han producido situaciones en las que hubo que actuar. Tenemos un sistema muy experto, y eso se lo agradezco al conjunto de la organización, y a los profesionales sobre todo. Su enorme dedicación y compromiso es lo que ha impedido que hubiera algo que pudiese producir un daño.

-Sin embargo, una buena parte de los profesionales sanitarios se confiesan irritados con la gestión y desmotivados en su trabajo cotidiano.

-Me muevo por el HUCA con asiduidad y veo espacios muy diferenciados. Creo que el sistema sanitario aún no ha resuelto, ni en Asturias ni en el conjunto del país, la tecla de generar el sentido de pertenencia. La gestión es imperfecta, como casi todas las cosas, y tiene la responsabilidad de generar una alianza profesional, que no queda bien resuelta.

-¿A qué se refiere?

-A cultivar todos ese sentido de pertenencia en el marco de una relación de lealtad.

-¿Lo ha intentado a fondo?

-Lo he intentado porque es una convicción. Sólo se consigue con el diálogo y el compromiso profesionales. Acertar no es fácil: el entorno es complicado. A los directivos sanitarios, en Asturias y en todo el país, se les ve en un espacio de seguidismo político, de poca profesionalización... Y no se comparece con la realidad. Los gestores más importantes de la sanidad privada han salido de la pública. Tenemos buenos gestores en la pública, pero hemos de reconocerlos y buscar una relación de confianza.

-Asignatura pendiente reconocida por todos: que el buen profesional no cobre lo mismo que el que no pega golpe.

-El trabajador que trabaja más y mejor tiene que notarlo en el sueldo. No está resuelto, pero tendrá que llegar. El sistema sanitario tiene que ganar en eficiencia. El problema es que todo el mundo está siendo bastante plano porque no conviene destacar. Debemos hacer aflorar el talento, y reconocerlo.

-¿Quiere decir que el sistema sanitario no perdona a los que destacan?

-No es el sistema propiamente, sino el medio ambiente en el que se mueve el profesional. Es necesario un debate honesto. En la distancia corta todo el mundo lo reconoce. Cuando se aprobó la carrera profesional todo el mundo reconocía que era una forma de reconocer el talento, la diferencia. Y, sin embargo, acabó en un café para todos. Esas cosas no pueden ocurrir en el futuro.

-¿Ha sido el error más grave de los últimos años?

-Visto a posteriori, cabe hacer ese juicio, que es muy duro. Hay que ponerse en aquel contexto. Las organizaciones pueden hacer eso cuando tienen madurez, y probablemente cuando se desarrolló la carrera profesional no había madurez suficiente.

-Una legislatura más queda pendiente la reforma del mapa sanitario de Asturias. Ustedes lo tenían anunciado y diseñado.

-Estas cosas no pueden ser un brindis al sol. La Junta General del Principado se manifestó en contra, aunque de forma oportunista. En esta región, lo diga quien lo diga, no tienen justificación ocho áreas sanitarias. Sería un error retrasar esa reforma.

-¿Número ideal de áreas?

-Mi equipo planteó cuatro porque nos parecía que facilitaba el acuerdo. Hay gente que dice que podían ser tres; y otros, cinco. Cuatro me parece sensato.

-Si se repitiera la huelga de médicos de finales de 2012, ¿sería más transigente?

-Cada situación hay que analizarla en su contexto. Me planteé en aquel momento lo que era posible y lo que no, y creo que el tiempo me ha dado la razón. Cerramos un acuerdo magnífico, y los sindicatos así lo manifestaron. Recordemos la cuasi-fiesta que fue el cierre del acuerdo. Era el acuerdo necesario: por eso tardó en visualizarse.

-¿Qué consiguió con su actitud de resistencia para, al final, firmar un acuerdo que podía haber llegado bastante antes?

-El diálogo entre las partes no estaba maduro para un acuerdo. Yo lo habría querido, y el que afirme lo contrario desconoce los entresijos de la negociación.

-En la primera entrevista con este periódico, usted manifestó claramente que los centros sanitarios tenían que funcionar por las tardes con regularidad. No se ha conseguido...

-No sé si con la regularidad que yo habría deseado, pero creo que sí se ha conseguido. Nadie está hoy en condiciones de discutir que la sanidad debe funcionar por la mañana y por la tarde.

-¿Le sigue pareciendo un objetivo irrenunciable?

-Es que no puede entenderse que la sanidad funcione solamente en jornada de mañana. Mirado con sentido de futuro, no se entiende que una organización tan compleja, con tanta capacidad instalada y tantas necesidades, funcione en jornada reducida.

-¿Al próximo consejero le recomendaría profundizar en el objetivo de las tardes?

-Procuraré no dar demasiados consejos. En todo caso, si me los piden, los daré.

-¿Y daría ése?

-Ése sería uno, seguro.

-Las listas de espera son más largas que nunca?

-No, no son más largas que nunca. Son las que tocan en el momento que estamos viviendo. Esa simplificación me parece una tremenda injusticia.

-¿Por qué?

-Las listas de espera son consustanciales a un sistema público. Lo que es urgente lo resolvemos con mucha agilidad. Las esperas actuales no nos producen satisfacción, pero tenemos una situación difícil, un presupuesto muy restrictivo. Tenemos una lista de espera que resiste comparación con cualquier entorno sanitario de este país. El único servicio de salud que nos sirve de referencia es el del País Vasco, pero ésa es una realidad que ya me gustaría tener para ver si tendríamos una lista de espera igual o mejor.

-En su equipo se han registrado numerosas bajas. Usted sólo se atribuye la destitución de la gerente del Sespa, hace algo más de un año.

-En cualquier otra empresa, este tema no sería motivo de debate en el espacio público.

-Nunca antes se había destituido a un gerente del Sespa.

-¿Y significa eso que las organizaciones no pueden evolucionar? Nos parecía que era la mejor decisión, y vista de forma retrospectiva me parece acertada.

-¿Qué ganó el Sespa?

-Ganó en coincidir mejor con los objetivos del conjunto de la organización, establecer otras prácticas, otro espacio de relación, otro análisis... Lo que no quiero es hacer un juicio sobre las personas, porque ahí sí que puedes ser injusto.

-El servicio de radiodiagnóstico del HUCA está sometido a continuos vaivenes por decisiones de la dirección del Hospital. ¿No le parece casi kafkiano?

-En primer lugar, creo que la presencia del doctor Matallanas en el área sanitaria de Oviedo ha añadido valor a la organización, y estoy muy satisfecho. Segundo, tenemos un empeño en el diálogo profesional, que no es el diálogo sindical. Todos deberíamos reconocer que la capacidad de equipos que tenemos instalada en el área de Oviedo y la plantilla de profesionales están muy por encima de la media de este país. Y por encima de las recomendaciones de la sociedad científica de los radiólogos. Además, todo el mundo dice que en España hay un exceso de pruebas de exposición radiológica.

-¿Es tolerable una espera de un año por una resonancia?

-Depende de para quién y de por qué se indicó. Volvemos a lo mismo. Hay que matizar.

-Pongamos un esguince...

-No creo que se tarde un año, salvo que se diga que una espera de un año no va a causar ningún perjuicio. Insisto: tenemos que establecer un diálogo profesional. Lo que no podemos es, cuando abrimos ese diálogo, decir: ay, espere un momentín, vamos a hacer un diálogo laboral.

-Diálogo profesional que no es diálogo sindical.

-Por supuesto. El diálogo sindical es de derechos, y los derechos yo no los puedo discutir.

-¿No se habrá excedido en su oposición a las horas extraordinarias ("peonadas")?

-Estamos pagando jornadas extraordinarias en ámbitos que las necesitan, por ejemplo, en cirugías programadas que superan la jornada ordinaria. Respondemos a esas singularidades. Eso es distinto de las peonadas, que lo que hacen es añadir carga de ineficiencia a un sistema que es ineficiente. Los ciudadanos lo entienden muy bien. Y este discurso es homogéneo en todo el país.

-¿Cuántos médicos ganan más que el consejero de Sanidad?

-Muchos. Prefiero no decirlo.

-¿Quinientos?

-Más.

-¿Más de mil?

-Por ahí.

-¿Y le parece justo?

-No lo voy a juzgar. Lo que creo es que en una organización debería definirse muy bien la estructura salarial, también la de los directivos. Pero no es una realidad que toque ahora.

-¿Es difícil encontrar directivos? ¿Están mal pagados?

-Es muy difícil encontrarlos. Un directivo al que el hecho de comprometerse no añade valor a su currículum, y que encima puede perder dinero, me parece un sinsentido. Ahora bien, no estoy en política por lo que gano, sino por convicciones.

-Hay quien dice que los centros sanitarios privados de Asturias han hecho el agosto con tanta derivación de actividad.

-No es así. Los presupuestos son públicos. Estoy dispuesto a poner la lupa sobre ellos. Somos la comunidad autónoma que menos gasto tiene con el sector privado. Pero eso no es un valor en sí mismo. En esta comunidad autónoma tenemos un sector privado al que, con estas políticas, se le ha dado estabilidad empresarial, y eso es importantísimo. Mi idea es que en esta región la sanidad pública y privada sean un motor de actividad económica. Y para eso hemos de tener esa sensación de alianza. Nunca he sido un fundamentalista de lo público. Lo que sí soy es bastante predecible.

-El HUCA no encuentra radiólogos ni anestesistas. Sus críticos esgrimen que la situación de la sanidad asturiana espanta a los profesionales.

-No sólo no lo comparto. Es una barbaridad. La sanidad asturiana no tiene más problemas que otras comunidades autónomas. Y, si no, salgamos de aquí y nos daremos cuenta de esto.

-Sabotaje en el HUCA. ¿Se lo cree?

-Me he aguantado todas las goteras y todos los defectos, y esto también me lo tengo que aguantar. No quiero estigmatizar a nadie. Lo que quiero es que la gente reconozca que el HUCA es una gran oportunidad y no es una carcasa. Porque una carcasa no da los servicios que ha dado el HUCA en estos ocho meses. En un hospital que tiene 150 personas en mantenimiento, además de los mantenimientos externos, que cada hecho puntual trascienda al exterior supone perder la perspectiva. Si fuera un daño oculto habría responsabilidad por parte de las empresas constructoras, pero de lo que estamos hablando no es de daños ocultos.

-El Pleno de la Junta y algunos sindicatos han pedido la disolución de Gispasa, la empresa que ha construido el HUCA y gestiona algunos servicios.

-Eso no me corresponderá a mí. Gispasa es una empresa cien por cien pública, y cumple un papel de modernización de estructuras en la sanidad.

-¿Cómo valora el papel del Sindicato Médico (SIMPA)?

-No quiero meterme en jardines. En todo caso, el Sindicato Médico está ahí por legitimidad, por derecho. Por lo tanto, no tiene que gustarme o no gustarme. Tengo la obligación de relacionarme con él.

-En la Junta ha perdido los nervios en varias ocasiones ante el portavoz de Foro. ¿Se arrepiente de algo?

-Uno siempre tiene que arrepentirse de sus defectos. Me gustaría tener a veces más control. Pero, oiga, en esa Cámara se han dicho cosas tan injustas con la sanidad, tan irresponsables, que es difícil sostener un tono bajo.

-El anuncio de 100 millones de euros para reformar el Hospital de Cabueñes en plena crisis les suena a muchos a electoralismo puro y duro.

-Pues siento mucho que suene a eso, porque ese Hospital va a ser una realidad. Porque es absolutamente necesario. Si no hacemos esta reforma y ampliación, tendremos dificultades para que Cabueñes sea un hospital de futuro. Se debe y se puede hacer.

-¿Con qué dinero?

-Tenemos un plan plurianual y el modelo de financiación es posible.

-¿No hay dinero para resonancias y se van a gastar 100 millones en un hospital?

-Sin ninguna duda. No tienen nada que ver una cosa y otra. La inversión en Cabueñes no compite con las resonancias.

-En ocasiones, las esperas en los centros de salud son de varios días.

-Es una discusión permanente. Uno cree que añade valor teniendo lista de espera. En atención primaria, yo no puedo entender las listas de espera.

-Y en atención especializada hay demoras de muchos meses, pese a que usted prometió prioridad para dar a la gente el diagnóstico de su enfermedad.

-El sistema resuelve muy bien las cosas importantes, y tiene deficiencias en algunas otras colas. Seguimos trabajando en ese tema. Estamos en una época muy exigente desde el punto de vista presupuestario.

-¿Aspira a repetir? Hasta ahora, ninguno de sus predecesores, salvo Juan Luis Rodríguez-Vigil, lo ha conseguido.

-No estoy en esa carrera. Tengo un compromiso con este Presidente que acaba en mayo, y a partir de ahí yo soy libre y el Presidente también es libre.

-¿Preparado para volver al centro de salud de El Coto?

-Creo que eso no tengo que demostrarlo.

-Y la pregunta más importante: ¿Subirá el Sporting a primera este año?

-Va a tenerlo difícil, porque el clima social no es bueno, pero hay equipo para subir.

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