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Un camino entre pucheros

Comer a pie de carretera

Luisi Martínez regenta el restaurante Tapas Fidalgo, en el Alto del Praviano (Soto del Barco), donde ofrece platos tradicionales y a la vez innovadores

Lo bueno que tienen las carreteras secundarias, además de que, en general, hay poco tráfico, es que nos permiten llegar a lugares con los que no contábamos si dejamos que, en vez de un GPS, nos guíe nuestra intuición. Para los que prefieren tirar de mapa e, inclusive, dejarse llevar por el paisaje y averiguar por sí mismos adónde conducen algunas de esas vías, hoy puede ser un buen día para poner en práctica uno de esos recorridos y, además de descubrir lo mucho que ofrecen los concejos de Muros de Nalón y Soto del Barco, disfrutar también de una buena comida servida, en este caso, en un establecimiento que se encuentra a pie de carretera. Concretamente en la N-632, en el Alto del Praviano: el restaurante Tapas Fidalgo.

Tras la apertura de la Autovía del Cantábrico la N-632 perdió un gran volumen de tráfico. El cambio lo conoce bien Luisa Álvarez Fernández, quien durante 27 años fue la cocinera y alma máter del bar Tineo, en la propia villa tinetense, y madre de Luisi Martínez Álvarez, quien dirige Tapas Fidalgo. "Nosotros ya vinimos a vivir para aquí hace muchos años", señala la primera, al tiempo que la hija añade que "este espacio donde está hoy el restaurante era un almacén de maderas. Lo compró mi padre, mayorista de carbón, para almacenarlo aquí. Se compró la finca y se hizo la casa hace muchos años para convertirla en hotel restaurante, y nos vinimos a vivir aquí hace 28 años. Curiosamente el restaurante lo abrimos hace tan sólo cuatro años", recuerda esta joven que, desde bien pequeña y como su hermana Lucía, se crió, como ella dice, "en el bar", de ahí su pasión por la cocina tradicional, pero también innovadora. "Mi madre es nuestra maestra, ahora bien, yo no puedo estar quieta, me gusta incorporar nuevas ideas a nuestros platos", añade Luisi.

En su local, con una decoración moderna -basta mirar su suelo, que parece un inmensa acuarela-, pero a la vez con detalles tradicionales, ofrece por semana un menú a 10 euros con tres primeros y dos segundos platos. El menú asciende a 16 euros en fin de semana por ser especial, con más opciones a elegir y donde se incluye, también, el café. En él se pueden encontrar, por ejemplo, fabinas con bonito, rabo de toro, carrilleras, manitas de cerdo, rollo de bonito (en temporada) o pescado fresco. Una de sus especialidades son las patatas rellenas de marisco, que sólo se preparan por encargo.

Algunas de sus elaboraciones más demandadas, junto con las citadas, son los callos, el cachopo de solomillo al horno con cecina y queso de Vidiago, la ensalada templada de pulpo, la tortilla de bacalao, el timbal de picadillo con patatas y queso azul o el secreto de cerdo ibérico a la plancha. En cuanto a postres, se impone "el arroz con leche de mamá", bien con azúcar requemado, bien con canela; la crema de queso con manzana caramelizada, el helado de turrón casero o la tarta de frixuelos (ésta solo por encargo).

Tienen terraza, aparcamiento, y zona recreativa para niños. Además en septiembre, junto al establecimiento, también esperan inaugurar un espacio deportivo con dos pistas de pádel y un campo de fútbol 3x3. En fin de semana es recomendable llamar y reservar en el 985588161.

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