La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Bocados de temporada

Llámparas, setas, avellanas y gamonéu para abrir boca en otoño por las distintas comarcas asturianas

El presidente de la Asociación Piloñesa de Micología, Pablo Prida, con un cesto de boletus y otras variedades recogidas recientemente. LUCAS BLANCO

Dicen los que lo conocen o lo practican que la recolección de llámparas es el peor oficio de los que hay en la mar, por la necesidad de estar agachado bastante tiempo entre las rocas para obtener una buena faena. Por cuatro o cinco horas de trabajo, se obtienen entre cuatro o cinco kilos.

Nada de esfuerzo hay que hacer hoy en el pueblo de Huerres, en Colunga, donde tienen previsto servir ni más ni menos que unos 150 kilos de llámparas durante una fiesta recuperada después de 12 años. Será para cenar, a partir de las nueve y media de la noche, cuando se puedan saborear estos ricos frutos del mar que irán acompañados de una rica salsa elaborada con verduras de las huertas de la zona.

El jueves ya empezaron a cocinar y hoy mismo está previsto "asustar" (no se cuecen) las llámparas antes de comerlas. En Huerres presumen de buena mano a los fogones, pues son famosos por su festival del oricio, que se suele celebrar a principios de año. Ahora, recuperan las llámparas: la ración y una botella de sidra, 10 euros.

Sin salir del Oriente, pero en el interior, hay otro festival con solera que regresa mañana a las calles de Infiesto: el de la avellana. Los piloñeses quieren situar su fruto seco en el lugar que se merece y desde hace un tiempo trabajan en recuperar y profesionalizar las plantaciones. En ello están. De momento, mañana pondrán a la venta unos 2.500 kilos de avellanas que se podrán comprar y comer desde las diez de la mañana, momento en el que abren los puestos. Bolos, artesanía y música completan las actividades de mañana, el día grande. Pero esta noche ya se puede disfrutar de una verbena en Infiesto en la que actuará el grupo vallisoletano "Celtas Cortos".

Los amantes de los quesos pueden también desplazarse por la comarca, a Cangas de Onís, Onís y Ribadesella, donde 35 establecimientos sirven pinchos a base de gamonéu. La variedad del puerto -la más cotizada y apreciada por los entendidos- está a punto de salir al mercado (las primeras piezas suelen venderse coincidiendo con la festividad del Pilar) tras todo un verano elaborando las piezas en las queserías de la montaña. El del valle, igual de sabroso, sirve estos días para preparar curiosos y llamativos pinchos que se pueden comer hasta el próximo día 12.

De temporada están las setas, que este año han adelantado su presencia en el campo asturiano y con muy buena fortuna por la cantidad y calidad de las mismas. En los concejos de la comarca histórica del Camín Real de la Mesa (Belmonte, Candamo, Grado, Las Regueras, Proaza, Quirós, Somiedo y Teverga) están ya inmersos en unas jornadas gastronómicas con variedades silvestres que se prolongan hasta el día 11.

Compartir el artículo

stats