Felipe Orviz Orviz (Pola de Laviana, 1980) es licenciado en Derecho y Ciencias Políticas por Salamanca, tiene un máster en Aspectos Jurídicos de la Discapacidad, y el martes defiende el trabajo fin de máster sobre Sostenibilidad y Responsabilidad Social Corporativa.
-"Volkswagengate".
-Otra vez la avaricia y falta de escrúpulos de las multinacionales. Que el presidente dimita y cobre indemnización es una interesante aportación de la empresa alemana cuando se dan lecciones a Europa sobre el rigor calvinista. Hacen falta más y mejor Estado, controles eficaces y consumo responsable.
Orviz trabaja hace 10 años en el departamento de Patrimonio de EDP y está casado desde 2008 con Sonia, gallega de Tuy, a la que conoció en un congreso de la Fundación Alpe Acondroplasia, entidad que esta semana recibió el premio "Embajadores de Gijón" y de la que es asesor legal. La acondroplasia se produce por la mutación de un gen que impide el crecimiento normal de los huesos. Hay un caso cada 20.000 nacimientos. Alpe da ayuda integral a personas de talla baja y a sus familiares desde que nacen.
-Está siempre formándose y preparando proyectos nuevos.
-Cuando me di cuenta de mis limitaciones, elegí formarme. Mi hobby es perfeccionarme.
-Palabra "enano".
-Me molesta por sus connotaciones circenses, burlescas, de desprecio. Cuando eso cambie, no me molestará.
-A su edad y en sus condiciones laborales y familiares mucha gente se detiene.
-Soy inconformista y disfruto los retos. Seguramente, por inconformidad con mi talla. Es innegable que mi condición marca mi personalidad.
-¿Desde cuándo?
-En la pubertad empiezas a ser consciente de lo que significa no ser físicamente igual. Había jugado al fútbol en el Titánico de Laviana y en el Asturias de Blimea, de delantero, pero el reglamento de los cadetes pide una talla mínima. Que me echaran fue muy duro para mí, para mi padre, para todo mi entorno.
-¿El fútbol era importante?
-En la pandilla de la Pumará (Los Palomares), camino de La Chalana, pasábamos el día jugando al fútbol, salvo la media hora de comer. La expulsión del fútbol fue el detonante de un año jodido en el que la pandilla empezó a tontear con las mujeres y en la discoteca veía que los amigos tenían rollos y noviazgos y yo no. Con 35 años me parece una tontería, pero a los 14 no.
-¿Qué hizo?
-Para paliar lo del fútbol me hice socio del Sporting y el 19 de mayo de 1994, el día en que cumplir los 14, la edad mínima, entré en las Juventudes Socialistas (JJ SS). En casa había antecedentes. Mi padre, Arcadio Orviz, era picador y socialista y tuve tíos en la cárcel. En la política encontré una actividad donde mi condición no me imposibilitaba ser como los demás y conocí amigos y lugares.
-A estudiar a Salamanca.
-Mi mayor reto. Hice Derecho con una beca de Educación y Políticas, con otra de los Fondos Mineros. Le debo mucho a Fernández Villa y al SOMA-UGT. Y a mis abuelos maternos.
-Sale del pueblo, va solo, sin conocidos y con discapacidad.
-Hubo personas que les reprochaban eso a mis padres, que me apoyaron siempre. En Laviana era uno más y sentía que me protegían. Fuera de allí habría más risas y gestos de denigración. Si salía por La Felguera, Gijón y Oviedo había más miradas y sufría más bromas de analfabetos mentales. Cuando los que tenemos talla baja salimos por ahí somos como ese bar del pueblo al que van todos los borrachos.
-Pero le fue bien.
-Llegué con la idea de que tenía la peor condición posible, pero conocí a Ramón Cortina. Es de Mieres, paralítico cerebral, psicólogo especializado en discapacidad, y me ayudó mucho. En la residencia había conocidos de las JJ SS y en la Universidad, 4 chicos con acondroplasia. Supe que no era el único que se sentía desplazado al tratar con gays y lesbianas. Estuve un año en una residencia y cinco y medio en pisos. En Salamanca había más actividad cultural, presidí la asociación de estudiantes UNE, pertenecí a la junta de la Facultad de Derecho y fui muy activo en las JJ SS.
-¿Por qué no se quedó?
-Trabajé en una empresa de estudios sociológicos y me ofrecieron seguir en la Universidad, pero volví a Asturias sin pensarlo... Me arrepiento, mi sueño es ser profesor universitario.
-¿Cómo encontró trabajo?
-Envié un currículum. En la asociación vemos casos de personas que superan lo no presencial y en la entrevista personal les dicen que no dan el perfil. Es una discapacidad que causa risa y por eso es más social que otra cosa.
-Prepara dos libros.
-Uno es un ensayo jurídico sobre la indignidad de los espectáculos comicotaurinos desarrollados por personas con acondroplasia. Gijón los prohibió en espacios públicos gracias a Alpe. Todos los partidos contratan estos espectáculos como culturales. Con la prohibición reclamamos un plan integral de reciclaje y formación profesional para que esta gente -algunos hacen espectáculos porno para despedidas de soltero- acceda a un empleo digno. En la entrega de los "Emmy", el actor de "Juego de tronos" Peter Dinklage -sobre el que LA NUEVA ESPAÑA hizo un chiste nada afortunado- recordó a un chico con el que unos borrachos jugaron a "lanzamiento de enanos" y lo dejaron tetrapléjico.
-¿Su otro libro?
-"Izquierda y discapacidad". Defiendo que las políticas de discapacidad deben tener ideología.
A Felipe Orviz le gustan la montaña y el ciclismo. Hará la próxima Clásica Bilbao-Bilbao, 120 kilómetros, junto a dos amigos de Laviana.
