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APICHATPONG WEERASETHAKUL | Director al que el FICX dedica una retrospectiva

"El cine me ofrece la oportunidad de encontrar mi lugar en el mundo"

"En contra de lo que ocurría, no creo que ahora haya muchas diferencias entre los filmes de distintas zonas del mundo; el lenguaje visual es global"

El cineasta Apichatpong Weerasethakul, ayer en Gijón. MARCOS LEÓN

En el año 2004 recibió el premio del jurado de Cannes. Seis años más tarde lograba la "Palma de oro" por "Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas". El director, guionista y productor tailandés Apichatpong Weerasethakul está considerado, en expresión de Luis Miranda, el cineasta de "lo nuevo de lo nuevo" y "la culminación de la renovación del lenguaje visual". Tiene 47 años y el Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX) le dedica una retrospetiva y un libro, coordinado por Cineasia. Introvertido, ayer mostró una sonrisa tímida en la presentación de esa obra: "El cine me ofrece la oportunidad de encontrar mi lugar en el mundo". Denunció la restricción de la libertad en su país.

-Aún no ha cumplido los cincuenta años, pero un festival como el de Gijón le dedica una retrospectiva. ¿Feliz?

-No lo hubiera creído si me lo dicen hace diez años. Es un honor.

-¿Y qué impresión tiene del festival gijonés?

-Deseo que haga un poco más de sol, pero me parece un festival genial. Me gusta mucho la selección de películas; quisiera ver más. Estoy un poco celoso porque en Tailandia no tenemos algo parecido.

-Cannes le consagró internacionalmente. ¿Qué ha significado Europa en su carrera?

-Es una plataforma muy útil para que mis películas lleguen a la gente y, también, para los productores.

-¿Percibe diferencias entre la forma de entender el cine en Europa y otras zonas, como Asia o Estados Unidos?

-A diferencia de lo que sucedía antes, ahora no creo que haya esas diferencias. El lenguaje visual, el del cine, es global. Lo que a mí me interesa es el lenguaje personal, qué es cada individuo.

-Un sector de la crítica afirma que sus películas son hoy una de las propuestas cinematográficas más arriesgadas...

-Quizás en términos comerciales sí es un cine arriesgado, pero en lo demás no creo. De hecho puedo seguir haciendo películas y tengo financiación. Vengo del cine experimental, donde compartes tus obras con pocas personas, así que mi cine no es tan arriesgado como a mí me gustaría. Financiación y distribución son siempre límites.

-¿Por qué se dedica al cine?

-Decidí hacer cine porque soy muy tímido. Para mí el cine es sinónimo de libertad; te puedes desnudar. Tiene que ver con la pregunta anterior. En el cine no hay riesgos, es un medio abierto.

-¿Por qué ese interés en sumar en sus películas la memoria individual y la colectiva?

-No lo hago de manera consciente. Sí están mis recuerdos, aunque claro, sí es cierto que a través de mi cine se muestra también cómo es nuestra vida colectiva.

-¿Y lo autobiográfico?

-Soy una persona muy olvidadiza, y por eso suelo apuntar lo que me pasa. Las películas me ayudan a recordar. Puede que suene egoísta decir que hago las películas para mí, pero lo gratificante es ver cómo las personas se identifican con ellas. Hace poco estuve en Oslo y un hombre, que no era cinéfilo, me dijo que había visto todos mis trabajos. Y me dijo que, enfermo de cáncer, mi cine le había ayudado muchísimo. Eso es lo mágico, lo bonito.

-En su cine tienen mucha importancia los aspectos sensoriales y reflexivos. ¿Es la marca estilística que quiere?

-Es una manera de interactuar, de existir. Provengo de la arquitectura y he probado con la pintura, pero el cine es el medio en el que me siento más cómodo.

-¿Ya que habla de pintura, el "collage" es una técnica que ha asumido para su cine?

-Sin duda, sí. Hay un "collage", capas de recuerdos, de memoria. A veces ni siquiera resulta coherente con la historia que estoy contando, pero quiero incorporar esas situaciones, esos momentos, ciertos sentimientos. Me gusta simular cómo recordamos los seres humanos, cómo funciona nuestro cerebro. La vida es una sucesión de acontecimientos, fragmentos. Por eso me gusta que el público experimente las películas, que sientan que están en la mente de otras personas.

-¿Y la importancia del sexo y del erotismo en su cine?

-Creo que la homosexualidad se refleja de forma natural en mis películas. El cine es eso, seres únicos. Todo es anormal y todos nos salimos de la norma; todas las preferencias sexuales son únicas, como mi experiencia.

-Hay quien ve en su cine una mezcla de alta y baja cultura...

-Sí, soy consciente de eso. Vas a Tailandia y puedes ver esa mezcla, ese caos cultural. No es fácil determinar ahí qué es baja y qué alta cultura.

-¿Con qué está ahora?

-Estoy con varios cortos e instalaciones de vídeo. Mi próxima película la haré en el Yucatán (México) y en Perú. La cultura hispanoamericana me resulta muy atractiva y me gustaría explorar los temas de la sanación, el chamanismo y sus métodos, así como la percepción humana en esas regiones.

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