Por lo que estamos conociendo a través de los medios de comunicación, es posible que algunos "taquillazos" del cine español no lo sean tanto. O sea, que la gente sí va a ver películas españolas, pero quizá no tanto como declaran los productores para hacerse con las subvenciones del Gobierno.

Parece una broma, pero es real la declaración que ha efectuado un inspector del Ministerio de Cultura y que últimamente han publicado la mayor parte de los periódicos. Dice el inspector: viendo la película sólo había una persona, yo. Ciertamente, es un caso concreto, pero es ilustrativo del fraude que se está investigando por parte del citado Ministerio y que, de momento, ha motivado la imputación, entre otros, de Enrique González Macho, el que fuera nada menos que presidente de la Academia de Cine.

A González Macho se le acusa de una estafa de 740.000 euros por un "engorde artificial de taquilla". Y es que a alguien se le ocurrió que la mejor forma de premiar el "valor cultural de una película", y por ello darle dinero al productor, es que sobrepase un determinado número de clientes que van a verla.

Y, como estamos en España, si no hay suficientes espectadores, pues se multiplica por el número necesario y a embolsarse la subvención.

De confirmarse estos fraudes, estaríamos ante verdaderos "timos de película", pero que, sin embargo, están ocurriendo en la vida real.

Esperemos a ver qué dice la Justicia.