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El esmoquin, mejor de terciopelo

La chaqueta de fumar nacida en Inglaterra, convertida en atuendo masculino de gala en países anglosajones, vuelve al mundo latino y gana terreno al chaqué en las fiestas

Diseños de Tom Ford en terciopelo.

El esmoquin (del inglés smoking), el traje de etiqueta masculino del mundo anglosajón, también conocido como "tuxedo", para lucir en fiestas nocturnas y actos sociales de cierta relevancia, bodas incluidas, sobre todo en Estados Unidos, cobra nuevo auge en España. Tras un periodo de esplendor en los años cincuenta y sesenta, cayó en el olvido a partir de entonces y ahora regresa por la puerta grande.

Firmas como Tom Ford proponen chaquetas de terciopelo, semejantes a la originaria "smoking jacket", la chaqueta de fumar que se puso de moda en Inglaterra en el siglo XIX. La reciente ceremonia de entrega de los premios cinematográficos "Goya", celebrada el pasado fin de semana en Madrid, puso de relieve que el esmoquin está de moda en España y gana terreno al chaqué, el traje de ceremonia español, que los anglosajones -un buen ejemplo es el príncipe Carlos- también utilizan para celebraciones de día.

La pajarita nunca debe parecer raquítica ni demasiado grande, ni mucho menos llevarse torcida. Debe ser del mismo tejido y tono que el fajín y las solapas. Sobra decir que el pantalón del esmoquin y el cinturón son incompatibles. Siempre deben utilizarse tirantes y fajín. La chaqueta, de la que el caballero jamás se despoja, debe sentar como un guante, con el largo de mangas bien ajustado.

Las camisas con los cuellos hacia arriba resultan vulgares. Mucho mejor una camisa de cuello inglés y puño doble. Los zapatos más apropiados son los de charol con cordones y punta redondeada. El pañuelo en el bolsillo tampoco puede faltar.

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