La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un camino entre pucheros

Arroz con pitu en el alto de la Madera

Ana Narciandi está al frente de la casa de comidas abierta por sus padres - en 1945, donde se rinde culto a la cocina tradicional asturiana

Arroz con pitu caleya y pan de leña. ANA PAZ PAREDES.

Los que saben de carreteras secundarias por Asturias también conocen de algunos lugares donde la buena cocina, y el trato directo y cercano con el cliente, son normas de la casa. Justamente en una de esas carreteras, la carretera de la Carbonera, la AS-246, que discurre entre los concejos de Langreo y Gijón, tiene en el último pueblo de Siero, antes de llegar a la villa de Jovellanos, un claro ejemplo de uno de estos locales señeros a poco de pasar el alto de la Madera: la casa de comidas Casa Narciandi.

La querencia por la tradición, el buen gusto y la esencia de lo que abrieron, allá por 1954 los padres de Ana Narciandi, Ricardo Narciandi y Guadalupe González, se siente al poco de entrar en su local, cuya fachada verde se distingue bien asomada al asfalto. Ya dentro huele rico desde primeras horas de la mañana.

Entre pucheros anda Ana Narciandi, quien heredó de su madre, gran cocinera, los saberes y la habilidad para preparar platos tradicionales asturianos, "los de siempre, los platos de toda la vida y realizados con materia de primera calidad", matiza esta última mientras comenta en la cocina con su equipo algunos detalles para terminar de elaborar lo que se servirá en la jornada.

"Ahí, con lo joven que es, trabaja de maravilla, es mi mano derecha", dice por lo bajo y con cariño Ana, quien en su momento dejó de preparar oposiciones a la Seguridad Social para ponerse al frente de la cocina y del local abierto por sus padres.

Pequeña tienda-bar en su día, amplió su espacio al coger el edificio de las escuelas, también pequeño, y que hoy es el comedor del local. " Después de un tiempo con el bar mis padres lo traspasaron y lo llevaron Manolo y Palmira. Cuando éstos lo dejaron mis padres volvieron", recuerda. Cuando murió su madre, en 1996, fue su tía Pilar González la que, junto a Ana, y hasta que la primera se jubiló, se ocupó de mantener la línea de buena comida y trato familiar fomentado por su progenitores. Su padre siempre sintió mucha querencia por su establecimiento y Ana ha recogido el testigo con cariño y con placer. Ella es un buen ejemplo de que, aquello que se cocina con amor, aún sabe mejor.

Entre las elaboraciones que le dan más fama a Casa Narciandi están los callos, la fabada y el pote asturiano, el arroz con pìtu caleya y el pote con moscancia. De martes a viernes tiene un menú con un primero, un segundo plato, postre, pan y bebida a 14 euros mientras que en fin de semana no hay menú y el comensal puede elegir, a su gusto, de las especialidades que tiene en su carta como son, por citar algunos, la ensalada Casa Narciandi, jamón con tomate, calamares frescos en tinta o fritos, pulpo a la plancha, cabrito con patatinos, solomillo de ternera asturiana con foie, bacalao al estilo tradicional, revuelto de picadillo, patatas y huevos, fritos de merluza y de pixín, pitu caleya con patatinas o escalopines al Cabrales. Entre los postres, citar la tarta de avellana, la de queso, el brazo de gitano y el arroz con leche.

Llegado el fin de semana resulta necesario llamar y reservar en el 985168248 si se quiere probar alguna de las especialidades que se sirven en este local lleno de encanto, asturianía y buena cocina. Los lunes cierra por descanso.

Compartir el artículo

stats