Pablo de Lillo ha vuelto a Wuppertal. El artista asturiano expone por segunda vez en los últimos tres años en la galería alemana Grölle pas: Projects donde ha encontrado una especie de complicidad que se consolida tras un intercambio artístico de hace ya más de una década.

Artista conceptual, De Lillo muestra en esta ocasión en Alemania obras de los últimos dos años y medio, un conjunto de creaciones con escultura, instalación, dibujo y collage. Son piezas que en algunos casos ya han podido verse en Asturias y en las que se mantiene la presencia de una reflexión irónica y crítica sobre lo efímero y lo relativo de los patrones de la percepción estética.

En su trayectoria creativa, "las esculturas juegan a recorrer el camino inverso del objeto en la era digital" y los collages integran con humor arquitectura, diseño, erotismo y flora, como ha podido verse en una de sus instalaciones más famosas donde los objetos de un mueble de salón y éste mismo aparecen colocados boca abajo.

Con el título "Situaciones de luz baja", agrupa también trabajos colectivos realizados junto a sus alumnos en las clases de "estudiopablodelillo" o clásicos dibujos de su obra en la línea de los últimos años. Partidario de combinar distintos materiales en un juego que alterna los más lujosos con los de uso cotidiano, es un creador reflexivo y analítico en cuya obra algún crítico ha querido ver "de una manera alegre y subversiva la modernidad de Marcel Duchamp".

Tras su segunda muestra alemana, volverá a exponer en Oviedo el próximo octubre, en la galería Arancha Osoro. Después la obra viaja a Chicago.