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JAMES NACHTWEY | Fotoperiodista, premio "Princesa" de Comunicación

"La sociedad necesita a los periodistas para funcionar correctamente"

"El periodismo on-line no está regulado por el código ético de la prensa tradicional, por eso el lector ha de mantener un sano escepticismo"

La pietá. Ésta es la foto preferida de Nachtwey, obra de W. Eugene Smith. Muestra a una madre japonesa bañando a su hijo envenenado por mercurio en la bahía de Minamata, en 1971.

El fotógrafo estadounidense James Nachtwey, que el jueves recibió el premio "Princesa de Asturias" de Comunicación y Humanidades, acaba de llegar a su casa de New Hampshire después de un viaje a Europa para documentar la crisis de refugiados, desatada por el conflicto en Siria, y también a Nepal, donde fotografió la herida que aún se aprecia del terremoto ocurrido hace un año y que causó 9.000 muertos. Desde su domicilio particular, Nachtwey responde por correo electrónico a las preguntas que le envió LA NUEVA ESPAÑA. Cada frase suya es una lección de periodismo, compromiso y humildad.

-Si tuviera que elegir una de sus imágenes, ¿cuál elegiría?

-Me resulta muy difícil decidir con cuál me quedaría de mis propias fotografías. Si tuviera que elegir una imagen, sería una de otro fotógrafo que ha sido una fuente de inspiración para mí. Sería una fotografía hecha por W. Eugene Smith cuando estaba documentando los efectos de la contaminación por mercurio industrial en la bahía de Minamata, en Japón. Es la imagen de una madre que baña a su hijo, que está deformado por el envenenamiento por mercurio. La madre aparece como si fuera una fuerza de la naturaleza, protegiendo a su hijo y expresándole un amor incondicional.

-¿Cómo ha cambiado la profesión de reportero gráfico con la llegada de internet y las nuevas tecnologías digitales?

-Internet nos ha dado acceso a mucha más información y de forma más fácil de lo que era posible con la prensa tradicional. La competencia de internet ha obligado a la prensa tradicional a hacer recortes económicos dramáticos y ofrece muchas menos oportunidades para los fotógrafos y los redactores. En cambio, hay más oportunidades que nunca para hacer periodismo on-line. Eso requiere periodistas freelance que tengan una visión más empresarial con el fin de tener carreras sostenibles, lo cual no es fácil. El periodismo independiente en internet no está regulado por un código ético que, en cambio, los profesionales de la prensa tradicional sí están obligados a seguir. Por ello, la audiencia del periodismo on-line debe mantener un sano escepticismo sobre las fuentes de las que proviene toda la información, con el fin de no convertirse en personas mal informadas o acabar sujetos por la propaganda que se hace pasar por periodismo.

-¿Usted piensa que los periodistas todavía pueden aspirar a contar la verdad?

-Los periodistas están obligados a buscar la verdad de todas las maneras que puedan. Ellos están obligados a hacer todo lo posible para tratar de conseguir la historia correcta. Tienen que conseguir y mantener su credibilidad. Sin ella el periodismo se queda sin valor alguno, y al final puede llegar a convertirse en una práctica disfuncional para la sociedad. Hay muchos periodistas brillantes y dedicados que trabajan hoy en día. Para funcionar correctamente, la sociedad necesita las historias que cuentan esos periodistas.

-¿Alguna vez dejó de tomar una foto, alguna vez se censuró a sí mismo?

-Una vez, al principio de mi carrera, dejé de hacer una foto porque me estaba resultando muy incómodo tomarla. Pero me sorprendí a mí mismo, volví e hice la imagen. Entonces me di cuenta de que la verdad no siempre es cómoda, pero es mi deber documentar lo que veo. La censura es una herramienta que utilizan los poderes opresivos para manipular y limitar la conciencia de lo que le está pasando a las personas en el mundo. Como periodista aprendí muy pronto a no censurarme a mí mismo.

-¿Se arrepiente de haber hecho alguna de sus fotografías?

-Sólo lamento que muchas de las cosas que he fotografiado hayan ocurrido. Si veo cosas lamentables que suceden en el mundo es mi responsabilidad dejarlas registradas con mis imágenes. No podemos resolver nuestros problemas hasta que los tenemos identificados. Por lo tanto, no hacer una determinada fotografía sería un perjuicio. Robert Capa lo expresó muy bien cuando dijo que el mayor deseo de un fotógrafo de guerra es que lo quiten de en medio.

-¿Las fotografías de los reporteros de guerra aún pueden conmover la conciencia de la gente o estamos ya tan saturados que nada nos afecta?

-Las fotografías todavía tienen el poder de hacer que la gente pueda ver y sentir lo que está sucediendo con los demás seres humanos para que los lectores establezcan una conexión humana con los eventos de nuestra propia historia contemporánea. La gente se preocupa de las cosas cuando los periodistas les dan algo para preocuparse. Ésa es la fe que tengo en las personas que nos leen y ven nuestras fotos.

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