"Estoy profundamente conmovido al recibir el premio "Princesa de Asturias" de Investigación Científica y Técnica. Como consecuencia de un accidente de alpinismo, mis piernas fueron amputadas en 1982 debido al daño causado en los tejidos por la congelación. Desde entonces, he dedicado mi vida al progreso de la ciencia y la tecnología básica para permitir la reparación biónica de los seres humanos" afirmó ayer el ingeniero Hugh Herr, al saber que había sido galardonado. "Estoy profundamente conmovido, desde que mis piernas fueron amputadas he dedicado mi vida al progreso para permitir la reparación biónica de los seres humanos. Ojalá este reconocimiento arrojase luz sobre la misión global para acabar con la discapacidad humana en el siglo veintiuno a través de los continuos avances en la biónica".

En efecto, el ingeniero estadounidense Hugh Herr, líder mundial en el campo de la biónica, se alzó ayer con el premio "Princesa de Asturias" de Investigación Científica y Técnica. Perdió las dos piernas cuando tenia 18 años y ha logrado desarrollar unas prótesis, un sistema novedoso y eficaz de integración hombre-máquina, que le permiten realizar todo tipo de actividades. Un premio a la ciencia y a la tecnología de vanguardia, a la tenacidad y al sentido positivo de la vida.

El fallo del jurado, presidido por Pedro Miguel Echenique, catedrático de Física de la Materia Condensada en la Universidad del País Vasco, se dio a conocer al medio día de ayer, en Oviedo, en el Hotel de la Reconquista.

En los considerandos se indica que "las investigaciones pioneras de Herr en biomecatrónica, combinando inteligencia artificial, neurofisiología y robótica han dado lugar a una nueva clase de prótesis biónicas inteligentes, controlables por el cerebro". El físico y divulgador Manuel Toharia, miembro del jurado, comentaba tras darse a conocer el resultado de las deliberaciones que "ya existían piernas artificiales muy bien articuladas pero conectadas al sistema nervioso como ha logrado Herr no había nada. Y ahora sigue trabajando y avanzando en sus investigaciones, su nueva frontera es el exoesqueleto, un conjunto de dispositivos que no son fáciles de visualizar pero que básicamente consisten en una estructura pegada el cuerpo que suple o potencia determinadas funciones".

Por su parte César Nombela, microbiólogo, rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, destacó que "después de ser amputado de las dos piernas Herr ha superado esa discapacidad no con un mecanismo convencional sino integrándolo en su organismo. Con sus estudios y logros se avanza en la integración entre el hombre y la máquina y sus ideas tienen aún más posibilidades".

La candidatura del hombre biónico fue propuesta por Robert Langer, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2008. La exministra de Ciencia Cristina Garmendia Mendizábal, bióloga y empresaria, comentó por su parte, tras el fallo, que "las prótesis biónicas mediante un control cerebral, suponen un avance, un cambio de escala, para determinadas discapacidades; son un enlace entre lo físico y lo neurológico. Un diseño multidisciplinar orientado a un objetivo muy concreto". A su vez Luis Fernández-Vega, catedrático de oftalmología de la Universidad de Oviedo y líder del prestigioso instituto de investigación y clínica que lleva su nombre, destacó que "Herr logra que los aspectos biomecánicos se integren en los sistemas fisiológicos del organismo. Si un músculo se mueve la prótesis, integrada en el cuerpo, hace ese mismo movimiento. Eso es lo fundamental. Puede ayudar a mucha gente, de hecho ya es así. Todo lo biónico es fundamental. A nivel de los ojos, podría hablarse de enlaces con las terminaciones nerviosas. Se trata de otra cosa, claro. Una integración de un físico, de un ingeniero, con el complejo neuro anatómico y neuro fisiológico puede traducirse a un laboratorio general. Es muy importante".

Los métodos del ya premio "Princesa de Asturias" de Investigación Científica y Técnica se basan en un conjunto de disciplinas de vanguardia -como se indicaba en los corrillos entre los jurados tras dar a conocer su decisión- con un impacto significativo en personas con discapacidades, a través de prótesis adaptables que permiten movimientos similares a los fisiológicos. "Estas contribuciones están acelerando la integración hombre-máquina, lo que permitirá mejorar la calidad de vida de millones de personas" subrayó el fallo.

Amador Menéndez Velázquez, investigador en el MIT donde coincidió con Herr, del que es amigo personal, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA y miembro del jurado, destacó asimismo que el galardonado es "una persona excelente, entusiasta, súper positiva. Tuve la oportunidad de compartir numerosos momentos con él. Tenemos una gran amistad. En una ocasión me invitó a correr a un lago, relativamente cerca del MIT. Esperaba que el coche en el que fuimos fue especial, pensado para una persona con discapacidad. Pero no, era normal. En su caso, el cerebro envía señales a las piernas y las piernas también al cerebro y conduce como todos. Corrimos sobre un terreno helado y muy irregular. Se defendió a la perfección. Son prótesis son inteligentes, tienen autonomía y corrigen las pisadas. Tienen sensores que hacen miles de operaciones por segundo. No notas la discapacidad. Ha creado una compañía y comercializa las prótesis. Están en 30.000 euros. Creo que para un amputado merece la pena esa inversión".