Víctor Manuel empezó el concierto de anoche en Gijón, "50 años no es nada", con canciones muy asturianas. Cuando sonó "La danza de San Juan" dio por inaugurada la fiesta con la que clausuró la gira de celebración de cinco décadas de carrera.

Para el fin de fiesta del medio siglo de trabajo entre estudios de grabación y escenarios, Víctor Manuel eligió el Palacio de Deportes gijonés, un lugar que, como explicó en más de una ocasión, es parte importante de esa larga historia suya en los escenarios. No en vano del pabellón partió "Mucho más que dos", el primer proyecto que reunió estrellas españolas del pop. Por eso Víctor Manuel disfrutó doblemente con las cinco mil personas que ayer acudieron a la despedida de la gira.

Nada más arrancar, los conciertos de Víctor Manuel están vistos para sentencia, siempre con el viento a favor, que para eso son miles los fans que lo siguen y escuchan su música desde hace 52 años (la gira empezó en 2014 en Oviedo). Por lo que es un repertorio de "tarareos" continuos; es decir, salga por donde salga, la coral popular se sabe de memoria la pieza de turno, sea "La romería", "Cuélebre", "La planta 14", "Contamíname" o "Sólo pienso en ti". Momentos en este tramo en que se acordó de los fusilados y mandó mensajes políticos. Da lo mismo la época y el registro musical, que los fieles las siguen todas con la misma energía.

Y, claro, a todos estos elementos hay que sumar los invitados, que también despiertan sus pasiones, aunque ayer había cierta decepción por la falta de Sabina, que tenía previsto acompañar a Víctor Manuel poniendo su voz en "Soy un corazón tendido al sol". Pero ahí, entre los invitados, estaba la parte más asturiana, poblada por las voces de Marisa Valle Roso y Chus Pedro, o la gaita de Pablo Carrera, además del apoyo instrumental en varias canciones de Ramón Prada. Momento éste muy emotivo por la cercanía y la historia de cada pieza. La novedad este año ha sido Tania Pereira, la voz de Xedré (Cangas del Narcea), que convenció a Víctor Manuel con su versión de "Luna".

Se sumaron a la fiesta Sole Giménez, que ya estuvo en el estreno de la gira hace dos años, al igual que Pedro Guerra, uno de los cantautores favoritos de Víctor, y, por supuesto, Ana Belén, con cuya presencia se disparan las emociones. Ya lo hizo nada más salir, precisamente interpretando "Contamíname".

Con todo lo dicho, sólo queda añadir que con el de Mieres las pasiones siempre están servidas. Primero, se acordó de los ovetenses desaparecidos en el mar, y tras "Asturias" le cantó al Sporting con una camiseta del equipo con el 9 a la espalda.