El escritor y traductor asturiano Mariano Antolín Rato conoce a fondo a Richard Ford entre otras cosas porque trasladó del inglés al español algunas de sus novelas. Y asimismo lo trató personalmente. Por descontado, como lector conoce a fondo la obra del escritor norteamericano. Ayer, al poco de conocerse el fallo del jurado del premio "Princesa de Asturias" de las Letras, Mariano Antolín Rato repasó para LA NUEVA ESPAÑA sus vivencias con el galardonado. "Lo primero que supe de Ford fue como traductor. Me hicieron propuestas en su momento cuando sacó 'El periodista deportivo'. Fue cuando empezó a hacerse conocido. Había publicado ya tres o cuatro novelas. Tuvo mucho éxito con 'El periodista deportivo' y decidieron traducir los títulos anteriores, ahí aparecí yo", indica. "No lo conocía, se habla por entonces de realismo sucio. Yo había traducido a otros autores de ese movimiento. Traduje sus primeras novelas. Me parecieron extraordinarias. Seguí traduciéndolo hasta 'El día de la independencia', que pertenece al ciclo de Frank Bascombe, el periodista deportivo. Siguió con él más tiempo. Traduje bastantes novelas de él, por cuestiones económicas y dificultades editoriales rompí con la editorial y dejé de traducirlo. Sus últimas novelas las leí en inglés. Un traductor es un lector muy atento. Un lector va más deprisa, más suelto. Cuando traduzco procuro no leerlas antes para tener la misma inseguridad del escritor en el proceso de creación. Por eso al final hay que volver a corregirlas. Así que leí a Richard Ford como traductor y también como lector".

Para el hombre de letras asturiano "Ford es uno de los grandes escritores contemporáneos americanos. Creo que es muy superior a Philip Roth, que también ha ganado el premio 'Príncipe de Asturias' de las Letras. Refleja en mi opinión zonas de la clase media americana, los sentimientos de sus personajes me resultan muy próximos. Es muy buen escritor y que me cuenta cosas suyas en las que participo. Y probablemente, como ocurre a veces, las sientes pero no sabes expresarlas pero de pronto las ves muy bien expresadas en otro. Yo no me lo propuse o no sería capaz. Ese es un gran valor de Ford, su proximidad".

Mariano Antolín Rato, en efecto, conoció personalmente a Ford. "Vino a España desde París. Acabó aquí dando una charla y haciendo una presentación de uno de sus libros en un centro americano que había en Madrid y que ya no existe. No había mucha gente. Se estableció allí un diálogo entre seis o siete personas que nos enrollamos. Enrique Murillo y yo salimos a comprar unas botellas de whisky y seguimos enrollándonos aún mejor. Acabamos la tarde charlando en un bar. Es muy agradable, ahora está calvo, muy guapo con ojos azules como los de Dylan. No se si Ford va a dar la espantada también y no recoger el premio. Hablamos de sus libros y de su vida. Vivía entonces en Nueva Orleans, casado con una arquitecta. En todos los libros sale una Cristina, el nombre de su mujer. Es del Sur, con un acento muy suave aunque haya vivido siempre fuera. Y es suave personalmente".

Entre las anécdotas, Mariano Antolín Rato destaca que "uno de esos días en Madrid, lo invitaron en televisión a un programa de entrevistas que hacían Fernando Schwartz y Máximo, el hijo de Pradera. Y la actriz Chus Lampreave. Acababa de estrenarse la película 'El día de la Independencia', un título igual que el de su libro, pero de ciencia ficción. No tiene nada que ver. Prepararon la entrevista en esas coordenadas. Y empezaron a hacerle preguntas en esa línea y, claro, sin ningún sentido. Ford explicó cómo era su novela. Tenían preparados vídeos con bromas de guerras del espacio. Los emitieron sin más y el ridículo fue enorme. Cuando se acabaron los vídeos y como no habían leído el libro no sabían qué preguntar. Viéndolo por televisión sentí vergüenza ajena, qué pensará este señor, en que país he caído, dirá. Lo llamé por teléfono y estaba, naturalmente, muerto de risa. Un programa que, en teoría, era cultural. Creo que era el Plus antes de convertirse en una cadena sólo de deportes. No sé si aún estaba allí Juan Cueto, no recuerdo. Él seguro que no tuvo ninguna responsabilidad".

Las opiniones se sucedieron a lo largo de toda la jornada de ayer. John Banville, premio "Príncipe de Asturias" de las Letras 2014 y proponente de la candidatura de Ford junto con Antonio Muñoz Molina y Sigrid Rausing, manifestó que le "agrada enormemente" el galardón que ha recibido Ford. "Es un escritor magnífico y merece con creces este gran premio".

El exsecretario de Estado de Cultura Luis Alberto de Cuenca, miembro del jurado, afirmó por su parte que "es muy posible que obtenga el Nobel y es bueno que nos hayamos adelantado. El retrato que hace Ford de la sociedad americana es de una fiabilidad casi etnológica".

Para la catedrática de Literatura Española Rosa Navarro, una de las principales defensoras dentro del jurado de la candidatura del autor de "El periodista deportivo", Ford es "un creador de atmósferas" capaz de perfilar "personajes desolados dentro de una épica cotidiana". A su juicio, el retrato que realiza de los problemas "de todo el mundo" convierte su narrativa en universal como lo demuestra su última obra, "Francamente Frank", que apareció en 2014, en la que muestra la vejez y la decadencia de su "alter ego", Frank Bascombe, "siempre con humor e ironía" con un trasfondo ambientado en los desastres del huracán "Katrina".

Para el poeta, profesor de Literatura y director de la revista "Clarín", José Luis García Martín, el autor norteamericano construye "un mundo autónomo y propio" a partir de la imaginación, "que no de la fantasía", con lo que su obra es equiparable, en el ámbito literario, "al mejor periodismo". Para entender "la sociedad americana de hoy hay que leerlo". Graciano García, director emérito vitalicio de la Fundación, considera que "el premio está dentro de la vocación universal de nuestros galardones. Es un gran escritor, lo leo desde hace años, está dentro de una literatura que enseña y emociona".