El galardón de Cooperación Internacional concedido ayer por la Fundación Princesa de Asturias a la lucha contra el calentamiento global encarnada en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) es el apoyo a un modelo de colaboración entre países que puede convertirse en "un faro que ilumine la cooperación internacional en un sinfín de retos en este siglo XXI". Así se expresó, poco después de conocer la concesión del galardón, Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la CMNUCC.

El esfuerzo global, capitaneado por la ONU desde hace más de dos décadas contra el problemático calentamiento global y que desembocó en la firma en el último mes de diciembre del histórico Acuerdo de París, mereció el apoyo del jurado presidido por Marcelino Oreja, exministro de Asuntos Exteriores.

Christiana Figueres, agradeció inmediatamente el galardón. "Creo sinceramente que el Acuerdo de París, que se ha logrado tras más de veinte años de trabajo y con el aporte de tantísimas personas, marca un hito en la cooperación entre las naciones dentro de la ONU, haciendo frente a una amenaza global y sistemática para las vidas y el sustento de las personas en todo el mundo", afirmó. Figueres añadió que el Acuerdo de París "demuestra que el multilateralismo está vivo y goza de buena salud, y puede ser un catalizador y un faro que ilumine la cooperación internacional en un sinfin de retos en este siglo XXI, no sólo el del desarrollo sostenible". Añadió que "el acuerdo y el positivismo que se han generado son las semillas para un nuevo y renovado compromiso con la paz y la seguridad en todo el mundo, que constituyen la esencia de la razón de ser de la ONU".

El Acuerdo de París suma, por primera vez, promesas de reducción de emisiones tanto de países desarrollados como en desarrollo, así como el compromiso de la comunidad internacional de poner en marcha todos los esfuerzos necesarios para que la temperatura media del planeta no se eleve en dos grados centígrados a finales de siglo y, asimismo, a hacer todo lo posible para que el incremento no supere los 1,5 grados.

Juan Carlos del Olmo, miembro del jurado y secretario general de World Wildlife Found (WWF), premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1988, realizó "una valoración muy positiva" del fallo indicando que "el premio trata de reconocer el esfuerzo de todas las naciones para trabajar unidas ante una amenaza muy seria para toda la humanidad. Además es una importante llamada de atención porque el verdadero trabajo, el que cuenta, empieza ahora, con las ratificaciones del convenio y las tareas de los Gobiernos que tienen que sacar adelante sus planes para que el acuerdo entre en vigor y funcione".

Por su parte Benita Ferrero-Waldner, ex ministra de Asuntos Exteriores de Austria y ex comisaria Europea, señaló que "hemos apostado por el futuro y por ayudar a todos los países para que puedan hacer todo lo necesario a fin de quedar por debajo del 2 por ciento en los parámetros del cambio climático, del 2 por ciento en la elevación media de la temperatura del planeta a finales de siglo".

El ambiente en el Hotel de la Reconquista era de satisfacción general tras el fallo del jurado. Especialmente mostraba esa emoción su presidente Marcelino Oreja, ex ministro de Asuntos Exteriores. "Es una decisión" dijo "que supone, en primer lugar, el reconocimiento de un problema de primera magnitud, que afecta a la calidad de vida en la Tierra y al medio ambiente y un esfuerzo muy importante pensando en las generaciones futuras. Había muchos y buenos candidatos, pero nos pareció la elección más adecuada en este momento porque es una preocupación en el mundo entero. No es algo que afecte a una nación, a unas naciones o a un continente. La situación es dramática pero ahora se avanza en la buena dirección. A ver si los humanos somos capaces de hacer frente a este grave problema. Que un premio de tanto prestigio como lo es el Princesa de Asturias haga este reconocimiento en la Cooperación Internacional, que eso significa, es un gran paso adelante. Yo estoy personalmente muy satisfecho".

Jerónimo López, presidente del comité científico para la investigación en la Antártida, indicó por su parte que "todos los países, incluidos los responsables de la mayor parte de las emisiones están involucrados en el proyecto que nace de la ONU. El acuerdo de París es un cambio sustancial. Mi valoración es positiva. Queda trabajo por hacer. Los acuerdos amplios nunca son perfectos, siempre hay gente que querría otras cosas pero lo alcanzado en diciembre en París es un consenso amplísimo, 195 países, un cambio sustancial que hasta ahora nunca se había producido".

El pacto se considera un gran triunfo del multilateralismo ante el que está considerado uno de los mayores retos actuales de la humanidad. Los países firmantes, 195 en total, acuerdan transitar juntos hacia una economía libre de emisiones de carbono en la segunda mitad de siglo, que ponga fin al desarrollo basado en la emisión de combustibles fósiles que ha imperado en los últimos doscientos años. El Acuerdo de París se firmó el pasado 22 de abril, en la sede de la ONU en Nueva York, coincidiendo con el Día Mundial de la Tierra y entrará en vigor cuando lo ratifiquen al menos 55 de las naciones involucradas y con la condición de que sumen en total el 55 por ciento de las emisiones globales.

La CMNUCC, marco en el que se ha conseguido el pacto, entró en vigor dos años después de la Cumbre de Río, en marzo de 1994. Tiene su sede en la ciudad alemana de Bonn y su nueva secretaria general es la diplomática mexicana Patricia Espinosa, que en quince días tomará el relevo de la costarricense Christiana Figueres. El jurado llevó hasta la última ronda de votaciones la candidatura de otro organismo dependiente también de Naciones Unidas, el Programa Mundial de Alimentos.

Por su parte, la directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui, ha celebrado la concesión del Premio comentando que es una "llamada a la acción inmediata" contra el cambio climático y la puesta en marcha de los compromisos adquiridos. Considera que el fallo del jurado es también "un reconocimiento a la labor de muchos años en la negociación climática y un éxito de la comunidad internacional y de todos y cada uno de los países".