El primer ministro francés, Manuel Valls, apoya los vetos que se han dictado en varias localidades del país contra el "burkini", pero descarta que el Gobierno vaya a lanzar una legislación al respecto. "Entiendo a los alcaldes que, en este momento de tensión, tienen el reflejo de buscar soluciones, de evitar problemas de orden público. Apoyo por lo tanto a quienes han lanzado decretos si están motivados por la voluntad de instar a la cohabitación, sin dobles intenciones políticas", dijo Valls. Para el primer ministro, el "burkini" "no es una nueva gama de trajes de baño, una moda. Es la traducción de un proyecto político, de contrasociedad, fundado principalmente sobre la esclavitud de la mujer". "No acepto esa visión arcaica. Está la idea de que, por naturaleza, las mujeres serían impúdicas, impuras, que deberían por lo tanto estar totalmente cubiertas. Esto no es compatible con los valores de Francia y de la República", señaló.